HOMBRE-ORQUESTA
Quisiera que mis manos fueran de piedra
O de cemento bien compactado,
Que por mis arterias abiertas
Manaran copos de nieve
Blanca y gélida
Para que fuera imperceptible
El ruido de las esferas
El caminar de las manecillas asesinas
Cuando a una noche aún despierta
Y llena de ese gozoso autismo
Que tengo con las sombras
Sucede un amanecer
Que se postra en el horizonte
De un mar tranquilo
Vestida del falaz humedad de los azules
E inevitablemente me llama al suicidio
De mi dubitativa esencia
Y me promete el efímero aplauso
Que recibe a su paso
El embaucador hombre-orquesta.
(José M. Huete García. Septiembre 2013)
D.A.R.
Curiosa manera de definirse a sí mismo , mientras la angustia del transcurrir del tiempo no cesa en esa soledad que se sucede noche tras noche, amanecer tras amanecer entre los azules del mar....
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