SE DETUVO EL TIEMPO
Fuiste brisa calma,
ola sosegada,
sal que se quedaba,
espuma que moría tranquila
desmadejada su cadencia
entre silencios de piedra
de alma negra.
Sentí tus labios
en mi boca aburrida,
tus manos
en mi piel de hojas secas,
tus ansias
agarradas a mi cintura,
tu voz quebrada
en el centro de mi lujuria.
Como la marea,
con delirios de luna
incendiaste mi sangre
con fuegos nuevos,
saciaste mi aliento
Con el vino de tus besos,
Fecundaste mis
entrañas
Con el caudal de tu éxtasis.
Me hiciste tuyo,
justo en ese instante
en que nada muere,
en que se detuvo el tiempo,
y te quedaste dentro,
habitando de mis sueños.
(José M. Huete García. Diciembre 2013)
D.A.R.
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