MORIR DE SOLEDAD
Qué doloroso espanto
asomarse la balcón de
la nada
y creer que eso es todo,
qué horroroso el grito
que denuda el alma
y agrieta de dolor los ojos
que real se hace
el nudo corredizo
que ahorca toda esperanza.
Y preguntarán
si fue muerte natural o suicidio
cuando el tiempo se pare
cuando solo quede en la pechera
una seca lágrima
y en el aire una lánguida pavesa.
(José M. Huete García. Octubre 2013)
D.A.R.
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