DESACOMPASADOS
Qué difícil resulta a la gaviota
saciar su hambre,
cuando a cada aleteo
ve que el mar está mas lejos.
Que difícil resulta al vencejo
dar hogar a su prole,
cuando una ráfaga de viento
arranca cada rama que escoge.
Que difícil es, amor,
acompasar nuestros tiempos,
cuando distintos relojes
marcan la hora de los sueños,
si tu le preguntas a cada alba
a donde volé en mis noches,
y yo espero cada ocaso
para salir a tu encuentro,
si tu me dices que la duda
a tu luna la cara le entristece,
y yo a cada lucero
le voy poniendo tu nombre.
Yo quisiera saber, amor,
que habrá de suceder,
para que el tiempo se apiade,
y nos regale un instante.
Si he de reclamar a los dioses,
jugar con ellos a los dados,
o aceptar que la pasión
es regocijo de ermitaño.
(José Manuel Huete García. Marzo 2014)
D.A.R.
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