DESNUDO DE TI
Esta mañana
siento sobre los párpados
el peso de la noche,
y en el alma,
la inútil costumbre
de recontar soledades.
Me pregunto,
con la sinceridad
a que obliga la evidencia
de mi carne marchita,
si ya para siempre
quedó mi sangre adormecida.
Si es por añorar tu manos
diligentes y atrevidas,
que con gritos de deseo
he de acallar mi silencio,
si he de amortajar mi piel
de eterna melancolía.
(José M. Huete García. Enero 2014)
D.A.R
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