Desmembrada queda la noche
de su raíz mas amarga y tenebrosa
Se suspendieron las horas
en que una pena inicia su galope
La penumbra ya no se
avizora
como el reducto de los lamentos
Ni el inseguro cayado del silencio
Ni es pista de baile de las sombras
Es el ágora de un requiebro
con el temple rasgado de una guitarra
Es la estafeta que certifica la carta
donde mi mano escribe un te quiero
Es un océano con estelas de plata
una promesa para mis manos
Que por ellas navegan al resguardo
hasta alcanzar tu alma enamorada
Es en el remanso de tus brazos
donde el alba trenza su cabellera
Donde la sangre prudente se templa
y el deseo en fervor queda enhebrado
(José M, Huete García, Mayo 2014)
D.A.R.
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