UNA DAMA
No se debe besar
sin permiso
los frutales labios
de una dama
Ni un caballero
ha de negarse
a aceptar el suyo
cuando ella lo regala
No es de buen gusto
alzar los ojos
hasta su mirada
si se calzan
zapatillas blancas
Ni se debe dudar
si con gesto seductor
de sus zapatos
ella se descalza
No es elegante
preguntar
donde reside la dama
pero es obligado
saber si se asoma
a su ventana
Siempre es condena
necesaria
creer que la puerta
que desde dentro
se abre
no es la de la dama
Es mejor decidir
que haga lo que haga
una mujer
siempre es para ti
de pureza intacta
¡Qué otra cosa es
Una verdadera dama!
(José M. Huete Garcá. Octubre 2014)
D.A.R.
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