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sábado, 28 de marzo de 2015


COTIDIANAS PEQUEÑECES

No me pidas que sea tu caballero
ni quieras ser mi princesa
Que ya el tiempo me puso al cuello
una piedra que pesa
Que me impide mirar al cielo
y ser gorrión cuando vuela

Háblame de las esquinas y sus revueltas
De esa madre del tercer piso
que tiene esa palabra tan áspera
pero que llora cada noche
porque a las doce su hijo no regresa

Háblame de esas manos
llenas de sabañones y tristeza
Que con desespero
tiran del borde elegante de tu falda
Porque tienen sed
polvo en la garganta
y el vino amargo se les acaba

Háblame de todo eso que nadie habla
De lo que queriendo se olvida
De lo que tiene mala cara
la mirada tan rala
Que parecen sus pestañas una panoplia
de antiguas y distinguidas cortinas

Háblame de muñecas con vida
De las bocas que se despiertan
con el sabor de una noche de amargura
De la carne que quizás fue prieta
pero por los costados se descuelga
De la voz que mas parece aguardiente
que un educado buenos días

De todas esas certezas
que no por no querer mirarlas
dejan de ser evidencia
De esas otras que traen incertezas
mientras el espejo nos mira
Y me reclamas con urgente premura
la gastada pasta dentífrica
y un café negro con inútil sacarina

(José M. Huete García. Marzo 2015)

D.A.R.

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