EL MAS LARGO CASTIGO
No le demos mas vueltas,
si el fuego que llevábamos dentro
se nos apagó,
fue por falta de leña.
Porque el bosque estaba lejos
y tuvimos pereza,
porque nuestra espalda
se volvió demasiado delicada
para cargarla,
porque estaba aun verde
o demasiado mojada.
¡Siempre tuvimos
la excusa perfecta!
No fue por azar,
ese cruel castigo
a que nos sentenció el tiempo
de iniciar cogidos de la mano
ese camino sin retorno
en que los pasos que no dimos
nunca volveremos a pisar.
Que nunca aguarda el destino
a quien antes de término,
se esta bajando
en esa estación fuera de recorrido,
donde es obligado
mirarse a los ojos para saber
en cual de ellos comienza el olvido.
Y si salvarnos queremos…
¡Cerremos el libro de la memoria
En el último pararlo leído,
Y volvamos al camino!
(José M. Huete García. Noviembre 2013)
D.A.R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario