CEGUERA
Dame tu mano
...
y háblame, porque
la voy a necesitar ...
Serás mi bastón
y mi lazarillo,
cuando, inevitable,
el ultimo sol,
ilumine el último
suspiro de los colores de las flores,
De los matices
del verde de los trigales
adormecidos bajo soles
... Cuando el vuelo de la paloma, libre de toda cadena
Inicie el último vuelo gravado en mi retina seca y agotada ...
Cuando el nudoso y retorcido roble
de mi memoria
Solo sea un recuerdo de gigantescas raíces
...
Cuando la Luna y el Sol ya solo sean simples
matices de la realidad oscura que irá perdiendo sus formas,
Cuando los trazos del pincel de mi paleta ya no se distingan
De
los borrones que dejen caer mis sueños de vida.
Cuando los azules del cielo solo sean alimento
del recuerdo Y se conviertan cada día en grises
de negras tormentas,
En nubes manantiales de lluvia que me inunde sin verla ... Cuando en mi playa soñada la arena se deslice
entre mis dedos Y se haga polvo de vientos
de tanto contarla
...
De tanto buscar la caracola que sueñe mi mirada,
Cuando las lejanías ya no sean líneas del horizonte, Y la cercanía
de tu mirada solo sea caricia de ayeres
Que mañana tenga que evocar
aprendiendo sentires ... Cuando solo sean mis dedos lo
que evoquen tu belleza
Recorriendo tus contornos, agotados en el deseo de tus labios
Que cincelare a fuego en mi memoria ...
Y cuando mis ojos yazcan en la muerte de los colores
Te pido que me des tu mano ...
Mi
bastón, mi lazarillo
...
El que me guie por nuevos caminos Que me muestren la belleza
...
La de los latidos de corazones enamorados
La de la palabra como guía que dibuje en susurros
Lo que el silencio del color fue desdibujando ...
Hasta que en mi corazón
nazcan jardines donde el miedo sea solo un recuerdo ...
(José Huete García. Julio 2010)
D.A.R.
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