GEMIDOS DEL DESEO
Siento tu voz
como latigazo restallando en la noche.
Y me preguntas
-. ¿De qué está hecha esa soledad
que tanto te
hiere,
cual ese tormento
que en placidez
nunca adormece?
Mi voz se hace gemido,
grito que esculpe el aire,
alzándose hasta ese cielo
donde habitan los ángeles,
-. ¡Está hecha de añorarte y no tenerte,
del sabor amargo
que tu nombre
deja entre mis
dientes!
Tu voz se hace tormento lacerante
taladrándome la sienes.
y vuelves a preguntarme
-. ¿Si te juro mi amor a cada instante,
por qué en tu
corazón
late maligna la
muerte?
Relampaguean mis airadas palabras,
quebrando el silencio
que de cristal viste la noche,
-. ¡Es el tiempo que sin perdón
envenena mi sangre
de lo urgente,
que poco a poco
roba de mis ojos
tu rostro de
luciérnaga irreverente!
¿Para qué estas
horas de la nostalgia,
si tu juramento es
eco de la nada
cuando mi piel
apremiante te reclama,
y tu fuego es solo
huidiza llama?
¡Es que acaso no he de rendirme
a este tiempo silente
que el luto a mi carne impone,
si mi alma nació entre dos eternidades,
y el azar de un deseo inclemente!
(José M Huete García. Febrero 2014)
D.A.R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario