EL ÚNICO TESTIGO
Se resquebraja el cielo
de buenas intenciones
Si no hay testigos alados
que las confirmen
Puede que las hadas
se sientan avergonzadas
de hacer dictámenes
con la fugacidad que las viste
Que a las hojas del roble
les pese demasiado el ropaje
de quien ya todo lo sabe
Puede ser que lo sueños
sean marionetas
Que en nuestra manos
se modelan en barro
Que indagar sobre los pasos
que ya fueran dados
sea una inútil perspectiva
de lo que dijeron tus labios
Si mis manos
no pueden dar testimonio
de los arrullos
que dicen haber escuchado
Es que en algún lugar
entre el cielo y el océano
la codicia de unas alas
la guitarra se llevaron
Hoy he encontrado en el cajón
sentimientos con candado
Sin saberlo
me los había robado
(José M. Huete García, Agosto 2014)
D.A.R.
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