Si quieres saber
de qué están hechas mis soledades
te diré que de día
de ese brincar de las horas
que te intuyen
entre las sombras breves
de viandantes
y la metálica decrepitud
de apagadas farolas
que por nada se conmueven
De noche
de ese aroma persistente
a marchitos azahares
a cabizbajos jazmines
que dejaste
cuando de mi plexo
te marchaste
en el aliento del aire
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