SIN DESPEDIDA
De desvalimiento
se tiñe mi mirada,
si a tu piel aferrada
se acostó mi piel cansada,
y al despertar,
solo hay un vacío
en tu almohada,
sin aroma a sudor
de noche apasionada,
sin la humedad
de una lágrima
en despedida derramada.
Lo que para ti
ya no tiene importancia,
en mi es lluvia que orada
un agujero negro,
una oquedad que queda
donde cultivé
con todo cuidado
un mar de rosas blancas.
¡Cuanto dolor me dejas,
cuan larga la nostalgia
que por caminar me queda
con el alma agachada!
(José M. Huete García. Octubre 2013)
D.A.R.
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