ES LUZ TU PALABRA

Era negra la noche,

impenetrable a la mirada

de estos ojos cansados

que te buscaban,

taladrando de esperanzas

el profundo hueco de lo eterno.

Languidecían las sombras,

aquietadas muescas

donde se petrifica el silencio,

donde pesa tanto el aire,

que el sonido de un suspiro

quiebra en cristales el sentimiento.

Sentía ese frío indescifrable

que penetra  el esqueleto

cuando el vacío es abrigo,

cuando  abraza la nada,

cuando se siente tan próximo

el último paso del alma.

Y mientras, allá a lo lejos

se encendía radiante

una estela de luz blanca.

Era el hálito de tu palabra

inmaculado reflejo,

de un corazón que late abierto.

Bendije tu nombre,

dejé que de mis ojos

rescataras mis soledades…

Y para siempre

me adormecí en tu sueño.

(José M. Huete García,Octubre 2012).