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viernes, 9 de noviembre de 2012

LA DANZA DEL DESEO

Cuando la distancia entre los dos se hace tan corta
Que tu piel y mi piel solo de deseo se visten,
Para danzar en ese baile en que tu eres la flor
Y yo el tallo y la raíz que te sostiene,
La sangre de nuestras venas es una bacanal
Que en fuego del infierno de lujuria se enciende.

Cuando tu boca es la mas humedad cavidad
En la que nuestros alientos hasta la última gota
De saliva de aguardiente se beben,
Y nuestras lenguas se embravecen como serpientes,
Borrachas del perverso sabor de lo prohibido,
Es un estremecimiento el que desde nuestras sienes
Hasta nuestro sexo sin barreras desciende.

Y un saxo entona un lascivo lamento ante el altar
Que entre tus labios se erige,
Y un “blues” ahogado entre suspiros
A ser canto de blancos alhelíes se atreve,
Y los altos cirios que eran del templo ornato
En gemidos de un sagrado éxtasis se derriten.

Cuando nos sentimos tan próximos
Que nuestras mentes hacen de la pasión
Un solo sentimiento sublime,
Cada paso de esa danza del deseo que damos,
Es huella de un tramo que acorta ese camino
Que hasta la muerte en uno solo buscamos.

(José M. Huete García. Noviembre 2012)
CON SABOR AMARGO

Voy a escribir unos versos tan viejos
Que se harán hojas secas
Antes de posarse en el barro del camino,
Antes de que las pisadas del tiempo
Se apropien de sus huellas,
Trazos de mil otoños ya consumidos.

Voy a escribir sobre este mar tan terso
Unos versos tan llenos de sal
Que sean como olas embravecidas,
Como si todo el universo llorara
Lágrimas de hielo perenne,
Cuando los luceros en invierno perecen.

Voy a escribir sobre este aire cansado
Unos versos tan apesadumbrados,
Que cuando sus palabras se hagan brisa
De pétalos a las rosas desnuden,
Que solo queden en el tallo las espinas
Para que clavadas en la nostalgia se queden.

Voy a escribir sobre las horas inmóviles
Unos versos de instantes tan tristes,
Que cuando mis labios los pronuncien,
En su sabor a hiel se recreen,
Que sea tan doloroso un suspiro
Que no se atrevan ni a escupirlos.

Con sabor amargo estos versos te dedico,
Desde esta herida que eterna se abre,
Los que eran dulces como la miel,
Ya grabados sobre tu piel me los arrebataste,
Cuando el cielo canceló los sueños
Para hacerlos fruto prohibido.

(José M. Huete García, Noviembre 2012)

jueves, 8 de noviembre de 2012

AUSENCIA

Cuando no estás conmigo
te haces sombra en el tiempo,
la única nota que encaja
en esta salmodia de los recuerdos,
maltrechos y amordazados
en lo mas profundo del alma,
el geranio que floreció al alba,
y ahora, abrazado a la penumbra
se va muriendo de tedio,
la memoria que sin permiso,
va archivando cada uno de los instantes,
en que nos pertenecimos.

(José Huete García, Noviembre 2012)

miércoles, 7 de noviembre de 2012

FRÍA DESPEDIDA

No lloro sobre mis sábanas desiertas,
no soy lobo solitario aullando su hambre
en la infinitud de la solitaria estepa,
mastico en mi boca las palabras,
las que nunca te digo,
las que en mi garganta se hacen espinas,
las que entre mis labios asoman,
como palomas sin nido,
como murmullos que se ahogan
sin osar ser una oración de clemencia.
...

Y mientras tu mirada recostada
en la indiferencia del espejo,
deja volar en el aire un adiós
que tus labios no pronuncian,
que tus dedos escriben
mientras arreglas tus cabellos,
mientras intentas borrar de tu rostro
las huellas de lo prohibido.

(José M. Huete García. Noviembre 2012)

martes, 6 de noviembre de 2012

LOCURA
(De mi libro Passion-Ata. Nueva versión)

Sobreviví mil noches sin tu presencia,
mil amaneceres recontando huellas de tu ausencia.
Las horas sonaban huecas como tambores de hojalata,
las palabras se difuminaban en el contorno de las cosas,
una sombra lasciva y burlona escribía tu nombre invertido,
desteñido, en las paredes de mi alma.

Todo perdía su sentido,
los adjetivos quedaban inconclusos
en aquellos versos de la locura
cuando te llamaba,
y no te hallaba.

Y moriré mil veces durante mil días
Cuando la luz me devuelva la cordura
En los haces de un calidoscopio,
Cuando el nítido aleteo de la mariposa
Vaya designando con palabras ciertas,
Ese instante en que las flores alcanzan
En la mágica plenitud de su belleza,
En la exhuberancia de los colores,
El callado sendero de su destino,
De ser pétalo exultante y a la vez herido,
Por el inevitable y pulcro caminar de las estaciones.

Y dirán que estoy loco,
E intentarán humillarme llamándome poeta
Porque afirmaré que es en tus caricias,
Donde moriré poco a poco,
Consumiendo uno a uno los otoños,
Donde encontraré toda redención del tiempo perdido,
Donde sobreviviré para siempre,
En poemas nunca escritos,
En la inacabable definición de tu esencia,
Donde los sentidos ya no definirán tus contornos,
Cuando solo quedará la huella de un suspiro,
Cuando el sentimiento se desborde
En esa locura desmedida,
En que solo sin tenerte, podré amarte.

(José M. Huete García, Noviembre 2012)
LA DULCE MUERTE
(De mi libro Passion-Ata)

Hacer el amor contigo
es dejar que el mar se desborde en tu boca
y beberlo después copa a copa,
hasta que ese hilo de seda de tu saliva
teja con tela de araña mi locura.

Es recitar una sagrada letanía
en cada escarceo de nuestros dedos,
es escribir en tu piel, verso a verso
el ritual del colibrí inquieto,
hasta que muera exhausto
en el aroma secreto de tus pétalos.

Es escuchar el estruendo del universo
desde el lado oscuro de La Luna.
cuando entre tus piernas,
una y otra vez,
nn cada gemido de tu sexo
muere el fulgor de un lucero.

Hacer el amor contigo,
es saber que cuando conozca tu secreto.
se me habrá acabado el tiempo
de vivir amarrado a lo cierto,
es saborear el mas dulce instante,
ese en que es solo la locura
comprende cuán cercano está lo eterno.

(José M. Huete García, Enero 2012)
TE VAS

No muere de pena el sauce,
escribe con manos denudas
un poema triste,
reverenciando en el aire
el aroma de un amor que ya no existe,
devolviendo a la raíz de la tierra
la certeza que le queda,
el lamento de la lluvia
que gota a gota se desliza
hasta que sea ola en el mar,
espuma en el rompiente
de la muerte espera.

Se que mis andares
ya no le quedan eternidades,
ni el alba, en el brote de geranio,
volverá  a saludarme,
ni la tarde te nombrará
con el aroma tibio
que en las cosas pequeñas dejaste,
que la noche me agitará
hasta denudarme de ti,
hasta la piel del alma desgarrarme.

Y tu, te vas
mientras en mis ojos
lloran los sauces,
y en mis manos
la locura se hace poema.

(Jose M. Huete García, Noviembre 2012)