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sábado, 2 de noviembre de 2013

EN TU GEOGRAFÍA

Cuando estoy contigo,
a un lado u otro
de tu geografía,
arriba en tus cimas
de leche y miel,
abajo en tus simas
repletas de lujuria.

Son perentorias
mis manos,
ávidas águilas
sobre tus cordilleras,
son inapelables
mis labios,
febriles gaviotas
sobre tus playas.

Es insaciable el viento
que me arrastra
por cada centímetro
de tu territorio,
inagotables
el hambre y la sed
de morir ahíto
en tu geográfico centro.

(José M. Huete Garcia. Octubre 2013)

D.A.R.
EL HOMBRE ANÓNIMO

Qué empeño
en morir con los ojos cerrados,
cuando ya se está muerto,
qué miedo a abrirlos
si por ellos la vida ya no escapa.

Que necesidad de ser nada
dentro de la nada,
de ser átomo anquilosado
dentro de esa riada
desbordante de hierro y cemento.

Cuanta pisada inane
con el rumbo de ese sacrificio,
donde a un dios ateo,
se inmolan los corderos,
que balan sin nombre, ni apellido.

Cuanta voz hueca
sin palabras moduladas,
cuanto silencio herido
por ese berrido consentido
de la mejor comida para perros.

Cuanta vestimenta sin mancha,
impecable adorno
de seres tan puros.
que ante cualquier impureza
asustados se espantan.

Que ganas me dan
de tener una manguera,
que empuje hasta las cloacas
tanta basura insana.

Pero, que culpa tienen…

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.

viernes, 1 de noviembre de 2013

CAMINANDO CON LA MUERTE

Puede parecer osado atrevimiento,
desquiciamiento de mente atormentada,
si afirmo de forma irreverente
que soy fiel amigo de la muerte.

¿Como puede ser de otra manera
si me acompaña desde que fui simiente,
si nacimos en la misma cuna y hora,
si tiene el mismo Rh que mi sangre?

Aseguro que su fidelidad es de amante,
que a mi suerte nunca me abandona,
que en cada paso en cada pensamiento
está presente pase lo que pase.

Es dialogante y una gran conversadora
totalmente firme en su creencias,
y tan consecuente en sus convicciones
que nunca tarda en convencerme.

En sus palabras y sus actos es prudente
sin dejarse llevar de arrebatos,
pues la duda y el miedo
le parecen absurdas disquisiciones.

Dice que consultar la hora en el reloj
es equivocación permanente
pues nos hace creer largo el camino
cuando solo duramos un suspiro.

Que pasado, presente y futuro
son vanos pecados de soberbia,
pues que importancia tienen las huellas,
si con el esqueleto se entierran.

Que no haga acopio de equipaje,
pues solo ha de servirme
para que mas tarde en diluirme en aire,
y que un inútil epitafio sea mas largo.

Si le pregunto si he de ser eterno,
me mira con cara de tristeza, y me dice,
que cuando ya no la necesite,
cuando ya solo fluye el silencio.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.
EL TRINO QUE VINO DEL OESTE
(Dedicado a mi amiga Gladys Esperanza
Ortiz. ilustre declamadora de Colombia,
con todo mi cariño)

Venia el día pesaroso,
como huidizo,
asustadizo,
vestido del gris melancólico
de dejar la noche
desposeída de cobijo.

Venía sin agendar las horas,
como datado de olvidos,
como eco precavido
de una sombra,
como embozo
de goces inmerecidos.

Predispuesto
a predicar lejanías,
similitudes de otro tiempo
de epidermis desprovisto,
esqueleto
sin atuendo de rocío.

Fuiste la gota de lluvia
imprevista,
la voz iridiscente
del nítido sonido
que me despertó
de este reloj consumido.

Giró el sol su quietud
hacia el punto Oeste,
donde tu trino
de papel satinado
en las alas del cóndor
nueva fe me ha traído.

(José M. Huete García, Noviembre 2013)

D.A.R.
LA MUSA Y EL POETA

Hoy ya no escribiré un poema sin destino,
ni será el aleteo de un ave sin rumbo,
ni olvidada florecilla en el borde del camino,
ni un suspiro entre cigarrillo y cigarrillo

Hoy ya no tengo reproches para el tiempo,
ni ese lamento que por dentro se me pudre.
ni esa tristeza congénita de mi sangre,
ni ese moho de la duda que todo recubre.

Hoy en comprado pergaminos blancos,
cien lápices de todos los colores,
un galón de tinta indeleble
y una pluma que las palabras me urge.

He vaciado los polvorientos cajones,
los rincones de besos de labios olvidados,
he roto cientos de versos arrugados,
he abierto al viento todo silencio obligado.

Hoy, amor mío. has hecho mágico el aire,
una mirada tuya al alba me ha despertado,
una sonrisa tuya el sol que me ha iluminado,
con un susurro de tu voz me has amado.

Hoy ya no escribiré un poema sin destino,
porque amarte es ese misterioso secreto
que en cada estrella, en cada recodo del río,
en cada brizna de hierba, graba tu nombre.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.AR

jueves, 31 de octubre de 2013

UNA VISIÓN MUY PARTICULAR

A dos metros del suelo
y a uno de mi condición de enano,
hay un cuadro colgado
con tu desnudez desinhibida.

Con mi lujuria evidenciándose
y aberrante,
me subo a una escalera
para tocarte, palparte,
pero me caigo,
porque a medio metro de altura
no sé sentirme pájaro.

Ideo mil tretas y artilugios
para hasta mis pies bajarte,
pero olvido que ante ti
toda fuerza bruta,
toda locura es endeble.

Y lleno de rabia,
te recrimino,
te insulto,
te amenazo puño en alto,
pero no adivino
en mi enfermiza masculinidad,
que si no te alcanzo
no es por mi condición de enano

Es que tu voluptuosidad de hembra,
una mirada límpida
me está reclamando,
es que tu soberana entrega de madre,
a mi corazón apátrida
estás  regalando.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.

miércoles, 30 de octubre de 2013

HISTORIA DE TU Y YO

Amor,
en esas tardes tan nuestras
en que los tonos violáceos
imponen mansedumbre
hasta al aire,
y nos decimos tantas cosas,
porque de la palabra
hemos hecho rito, ofrenda
y exorcismo,
contra ese fatalismo del tiempo
que intenta convertirnos
en hoja caduca
que morir se deja.

A veces me reprochas,
con esa tibieza con que tu voz
modula las palabras
tan redondas, tan exactas,
como tejidas con tus manos,
tan dulcificadas
por esa sabiduría de mujer
de madre que advierte
pero no hiere…

Que la tristeza habita
como parasito en mi mirada,
que la melancolía me doblega
hasta hacer que mi piel
tome ese tono amarillento
de la vejez incipiente,
que del pasado he de desprenderme
para seguir avanzando.

Y yo intento comprenderte,
miro a mi alrededor
y constato que por primera vez
todo está en su sitio,
todas esas cosas pequeñas
que con tesón hemos guardado,
porque tanto hablan de nosotros,
pues las grandes
por la ventana se fueron
poco a poco,
en busca de otros puertos
mas inseguros por osados.

Y te miro desde mi ser
agradecido y enamorado,
con esa mirada bien medida
y cuidadosa,
con que el niño mira
aun desnudo de resabios,
a su madre,
para defenderse de un regaño.

Y te digo,
que tu corazón
quizás sea mas valiente,
y pretenda que toda la leña
que aún nos queda
ha de prenderse en una hoguera
antes que la invada el moho,
pero que las cenizas
son volátil presa del viento,
y que mas vale mantener
este acaecer templado,
en que el pasado
hemos guardado sin llave
pero a buen recaudo.

Que el presente
lo coses cada día
con incuestionable paciencia
en perfectos remiendos,
y yo lo pronuncio
en cada poema de sosegados versos..

Y el futuro, mi amor,
no consiste en mirar adelante,
sino en aceptar
que cada vez que nos acercamos
con el corazón abierto
y la mente libre de adverbios,
en estas tardes que mueren cárdenas,
estamos fabricando
el sueño
de lo que permanece eterno.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.
ADIÓS AL MAR

Hoy contemplé como el mar se alejó,
sin disculpas ni reverencias,
en busca de otros solsticios
que lo preñen de historias nuevas,
mis cristales quedaron alicatados
con la sal de las historias viejas.

Mas no dejaré que mis pupilas crean,
que solo en la cresta de cada ola
llega el alba hasta la memoria,
ni que mis oídos den por seguro,
que el afrodisíaco canto que embelesa
solo puede ser la voz de las sirenas.

Otearé sombras desasosegadas
danzando desnudas en la terrazas,
historias de amores efervescentes
tras la ventanas bien cerradas,
el repicar de la pisada solitaria
en las callejas umbrías y desiertas.

Descifraré la distancia verdadera,
entre el eco de tu voz
cuando se hace quejido de penumbra,
y este corazón que te dibuja a tientas,
que te adivina hasta en el paso fugaz
del aire que me rodea.

No necesitaré del mar, ni de la marea,
para que cada vaivén sea un azar
que me deje esparcidas noticias de ti,
porque sobre mis sueños te edifiqué
sólida como son los suspiros
cuando entero me siento estremecer.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.
LA NOCHE IMPACIENTE

En esta noche
que amortiza el tiempo tan lentamente,
siento que por mis venas
fluye el río de todas las horas,
de las que se fueron contigo
y ya no vuelven,
el de las que vienen
plenas de cantos rodados
con otros nombres.

No sé si espero la señal del relámpago
imprudente,
el trueno que interrumpa
este sosiego de la tormenta
donde todo es permanente,
acostumbrado,
intranscendencia de breviario

¡O es  que a tirar la piedra en el remanso
mi mano no se atreve!

Me sería tan fácil ser arena
si tu fueras ola incansable,
ser pétalo enardecido de polen
si tu fueras mariposa desafiante,
pero que difícil se me hace
contar entre mis dedos cada instante
que sin pecado se pierde.

¿En qué rincón del tiempo caducado
me dejaste ese recetario de alquimia
para no morir de repente?

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.
AUNQUE DUELA CADA BESO

A veces,
soy golondrina
rezagada en otoño,
trazando entre pesadas gotas de lluvia
alocados arabescos
que nadie ve,
porque nadie mira al cielo
cuando las nubes
vienen cargadas de penitencia.

A veces,
soy grillo ensimismado,
que olvidó que el alba
arrebata a la noche su templanza,
que continúa con su “cric-cric”
monótono y atiplado,
que nadie oye
porque nadie escucha al viento
mudo en su prisión de asfalto.

A veces,
es tan errática mi andadura,
tan pesado el equipaje
que me doblega,
tan sobrecogedor el alarido
que mi garganta sujeta
en esta soledad del destiempo,
que cuando encuentro tus labios
no sé si te beso o grito una blasfemia.

Aunque duela cada beso,
aunque cada abrazo
me llague por dentro,
aunque cada palabra de amor
sea el frenético “jipío”
de un desconsuelo,
aunque ya sea tarde
para reavivar el fuego,
dime que aun quedan los sueños.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.

martes, 29 de octubre de 2013

LO QUE NOS DEJÓ EL MAR

Recuerda aquella playa
dorada de reflejos
de nuestros ojos
que ardían como soles,
que quemaban
de tanto fuego inconfeso.

Recuerda como fuimos
mar buscando los bordes
donde acallar el lamento
de querer ser viento,
y sentir que solo es libre
lo que no tiene límites.

Recuerda como impotentes
nos sentimos olas que rompían
los lindes del tiempo,
solo un instante
tan imperceptible, tan leve,
que solo somos sutileza del aire.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.

lunes, 28 de octubre de 2013

PRÓFUGO DEL TIEMPO

Cuando el tiempo me ahorque
con esa soga del calendario,
que tan sutil al cuello
se va ajustando,
cuando ya cualquier suspiro
sea cruel por insensato,

a este esqueleto desnudo,
que por el fuego
no quiere ser purificado
de tanto haber pecado,
y humilde proclama su deseo
de dar a la tierra lo que le ha dado,

hazle una tumba, de roble
robusto y de inviernos bien anudado,
en el hueco que el viento y la lluvia
en una piedra hayan horadado,
o arrójalo a un surco polvoriento
para ser por un girasol profanado.

Y si has de componer un epitafio,
no busques bonitas palabras
en el diccionario,
únicamente deja tantos trazos
en el memorial de tus recuerdos,
como veces te haya amado.

Que este alma que ya sabe
del crepitar de tus ojos incendiados,
de la dulce palabra en tus labios,
del aroma a sudor de hembra
en tu piel perlado,
con gotas de olvido no te ha tatuado.

(José m. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.

domingo, 27 de octubre de 2013

ETERNA MEMORIA

Esta noche me  calzaré alpargatas,
para que a la tierra
no le duela el peso de mis penas,
porque de mi te olvidaste.

Me colgaré a la espalda
un canasto de requiebros de tus pestañas,
para que el aire no crea
que en el te apagaste.

Borraré de las aceras
las huellas de las gotas de tus sollozos,
para que no crea tu sombra que en ella
un príncipe sin rostro encontraste.

Regaré en tu jardín
las punzantes espinas rojas que cultivaste,
para que la lluvia no crea
que ella humedeció tu sangre.

Pondré candelabros en mis ojos,
e iluminaré cada uno de tus suspiros,
para que no hay ola
que muera para olvidarte.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.
SIN RECRIMINACIÓN

Comprendo la agonía del ruiseñor
cuando con fiereza
en cristales resquebraja su canto,
y su eco no le responde.

y el quejido prolongado del lobo,
cuando su hambre depreda estepas,
y el miedo del cervatillo,
su soledad le impone.

Comprendo, que no siendo
el amo del viento,
cambie el rumbo de las hojas secas,
y que de tu aroma me deshoje.

no tiene el negro pozo de mis ojos
profundidad suficiente,
para llenarse de lágrimas negras
cuando  te asomas a su borde

No me despediré de la nostalgia
ni pediré que con pañuelo la enjugues,
pero no me recrimines
que como el río me comporte.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.
EN EL ÍNDICE DE LOS LIBROS PROHIBIDOS.

Es evidente,
que será la potestad del viento
y la nunca ecuánime rosa
que encamina sus azares,
la que decida
si esta pasión sin vigencia
ni plazos,
que espontánea brota
entre oníricas metáforas,
y la carnalidad exuberante
de la palabra que rastrea
en tu boca
la antología del mito de Afrodita,
será polvo rezagado
en las estanterías de viejo
de una librería sin nombre,
o ese “Best-seller”
de dolor y muerte,
que todo el mundo lee
hasta la página cincuenta
como terapéutica rutina
de culpas maltrechas.

Si yo pudiera elegir
los caminos de la Historia,
dejaría grabados mis versos
en ese rincón sagrado,
que entre tus muslos, a toda pasión
concede el galardón
de lo trasgredido,
para que luego sean archivados
en ese Índice de lo prohibido
y solapados,
pasen de mano en mano.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.