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miércoles, 26 de septiembre de 2012

LA RESPUESTA

Existo,

...no me preguntes cuando...

Soy,

...no me preguntes como...

Estoy,

...no me preguntes donde...

Pienso,

...no me preguntes qué..

Siento,

...no me preguntes cuanto...

Amo,

...no me preguntes...

escucha mi silencio

ausculta en mi pecho el latido del tiempo

concédeme ese retazo de brillo

en el espejo de tus ojos.

Devuelveme al vida,

...no me preguntes...

solo quiero que me beses...

...y morirme poco a poco...

(José M. Huete Gracia, Septiembre 2012)

lunes, 24 de septiembre de 2012

DONDE ME REFUGIO

Tus ojos se hacen de ceniza esparcida al viento,

tus labios escupen con desgana ecos de besos ya madurados,

tu voz musita desengaños en monocordes monosílabos,

tus mans tejesna escondidas anticipados sudarios...

Cuando al filo de los instantes en que todo se adormece,

en que la distancia entre el cielo y la tierra se acorta

en dimensiones con que see mide la nada.

te hablo de esa soledad que el destiempo me trasnporta.

Siento que el aire se hace tan pesado como la tristeza,

que la lluvia que repiquetea en el ventana

es solo un sortilegio de sueños vitrificados,

que tu aroma de las cosas en tus bordes se para.

Y no se como explicarte que esta soledad

no se hace en mi carne de tu ausencia,

que no es de tu sexo mi nostalgia,

que no me hice piedra que desliza tu esencia.

Que a veces mis contornos se expanden inciertos,

y sienten el roce de la indefinible sombra del Universo,

que solo soy una infinitesimal estrella que se apaga

buscando perdida el origen de la llama.

Que en esta eterna búsqueda sin respuestas,

que en este fluir en que la vida es solo una pregunta

se que solo en tu mar se diluye mi angustia,

que solo tu eres refugio de certezas.

(José M. Huete García, Septiembre 2012)

domingo, 23 de septiembre de 2012

DISQUISICIONES EN MI VENTANA.

Despierta la mañana arrullando luces grisáceas,

como si la noche aún temblara asuatada

entre los dedos invisibles de una vida prestada.

Busco la raiz de las sombras que quedaron

agazapadas en el vaivén de las olas tintadas

de tinieblas evanescentes, de muecas desvanecidas.

Y mi voz traza circulos de cenizas apagadas,

de lamentos que repiten la elipse que vibra

en palabras, que no llegaron a ser tangentes.

Mi pensamiento abre hueco en el vacio

que marca los límites de lo comprensible,

y busca impotente ecos de pasos perdídos.

Mas allá del contorno ceremonial de las flores,

hallo huellas que son los pétalos desprendidos

de un tiempo que siempre fué adolescente.

Y antes de alzar mis manos para acariciarte,

en este día pleno de arco iris del alma,

escupo el resto de estas soledades que te llaman.

(José M, Huete García, Septiembre 2012)