Seguidores

sábado, 21 de septiembre de 2013

LA MIRADA DE LA MISERIA

Es tan incierta,
tan miedosa esta mirada
que no quiso verte,
que borró tu certeza
y te convirtió en ausencia
para siempre.

Es tan tupido
el bosque de los ausentes,
tan aguda la disfonía
de tu voz desheredada,
la cacofonía atormentada
de tu dignidad pisoteada…

Que toda palabra de disculpa
tiene el aroma
de la soberbia beneficencia,
del reproche obligado
ante la verdad de tu hambre
indisimulable.

Quizás sienta el peso,
de mi incapacidad de renuncia
a mis prebendas,
adquiridas sin miramientos
en ese bazar engañoso
del sírvase usted mismo.

Dime tu, grítalo bien fuerte,
si lo que quieres de mi,
es que baje desnudo
hasta el nivel de tus ojos,
y conozca el sabor
de lamer juntos la miseria.

O que me envuelva
en banderas a ti ajenas,
que alce armas de guerra
que me derrame en sangre,
para al final con el enemigo
negociar otro indigno subsidio.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.
EL CAMINO DEL ARCO IRIS.

Blanco es el surco
que ara en tu mar mi velero,
para que acunes
la simiente de luz
de los luceros.

Azul es el océano fértil
de tu vientre fecundado,
profundo silencio
donde mis sueños
encarnan tu cuerpo cierto.

Verde es el bosque
del despertar perenne
del vigor del tiempo,
habitante de los nidos
de mis vuelos eternos.

Rojo es el fruto,
cuando explota en verso
la pasión liberada
del ancestral viento,
que aventa mis miedos.

Amarilla es la tonalidad
del trigal repleto,
cuando la mano del labriego
anuncia el desvalido gemir
del ocaso lento.

Negro es el túmulo
donde reposará mi sentimiento,
tras este caminar
de tu esencia de arco iris
hasta mis ojos ciegos.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.

jueves, 19 de septiembre de 2013

TAN POCO ES TANTO…

Arde lento,
el fuego de tu cuerpo
acumulando soles
en tus ojos abiertos,
atemperando vientos
en los bordes impacientes
de tu mar secreto.

Esta noche desaliñada,
de sabor umbrío
de otoñales sueños
bondadosos,
se ensancha el hueco
que tu eco contiene.

Es fantasía la luciérnaga
que por los rincones
ilumina viejos ardores
olvidados,
solo queda un vaso roto
y una gota de vino rojo.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.
UN VUELO PELIGROSO

Amor,
tratemos esta cuestión de la añoranza
que me hace sentir la noche
como refugio. asilo,
habitación con vistas
sobre desiertos de tinieblas,
convencido que son
los mas dulces lechos de rosas,
donde amarte me está  permitido.

¿Es acaso la lluvia
se prodiga por igual para los claveles
que en invernadero crecen,
que para la amapola campesina?

Si he de escribir en mis paredes,
mil poemas
a tu boca peregrina,
si tu lujuria es la tenue llama
en cerrada en candil de mesa,
y mi deseo tan efímero
como un cigarro entre mis dedos
mientras mi aullido se pierde
en leve suspiro…

No me reproches,
que cuando mi instinto de ser viento
ahueque sus alas
en cegadores amaneceres,
no reconozca el aroma
a madre tierra de tu vientre
en la espiga repleta de los trigales,
que no recuerde las coordenadas
de tu nido entre los árboles.
y en el como gorrión me refugie.

¡Si he de ser amante de noche,
que ya sabe las dimensiones
exactas de las sombras,
permite que vuelva en cada ocaso
con las alas plegadas,
tras pasear al borde de tanto abismo,
tras llorar como niño asustadizo!

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R

miércoles, 18 de septiembre de 2013

TAN LEJOS, TAN CERCA

365 escalones
mide la eternidad
que de ti me separa

no hay zapatos
que me calcen
las alas adecuadas

descalzo he de subir
hasta alcanzar la cima
de tu pirámide

unas gotas de lluvia
a mi espalda
es mi equipaje

una moneda al aire
que baja despacio
es mi peaje

dos escalones
subí esta noche
no temas que baje.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.
ENSIMISMADO

Acaso es llegar al punto ocaso del camino
con el alma atestada de la vileza de los sentidos,
acaso es la acostumbrada incerteza de los libros
que hablan de la imposibilidad de cuadrar el circulo.

Acaso es que ya no me quedan uñas
de tanto escarbar en busca del centro de mi ombligo,
de tanto hacer fuerza para dislocar en parajes abiertos
la sinuosa incerteza que aguarda tras las esquinas.

Acaso es que me nace el profundo grito libertario
para romper el vínculo sagrado entre muerte y vida,
de que mi pequeña oquedad en el tiempo
esté sujeta al capricho de cielos desconocidos.

Acaso sea arcada lo que siento en los cimientos
de sentir  dudoso  cada recodo del sendero,
cuando por precio tasado de sentirme vivo
voy a la busca de cada prófugo sentimiento.

Acaso, amor, es que allá afuera de tu abrigo,
solo haya un desierto de fugacidades bien molidas,
quizás es que quiero sentirme alimaña
por aullar tu nombre cuando me siento perdido.

Acaso sea que la perfecta transgresión
es aceptar que la cobardía ante el misterio,
es el único tiempo que hace efímero al pensamiento,
eternamente inconcluso el sentimiento.

(José Manuel Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.

martes, 17 de septiembre de 2013

CENA PARA DOS

Amor,
he de confesarte
que no soy incorruptible,
que he vendido
mi alma al diablo,
para que cada noche
celebremos un ágape
en que la luna vista
nuestra desnudez de gala,
que tus ojos sean
dos candelabros de plata,
nuestras dedos
cubertería en oro labrada,
que tu boca sea fuente
que sin cesar mane
vino en barrica añejado,
que tus pechos
sean pan de trigo
amasado con las manos,
tu vientre
una bandeja repleta
de los mas dulces frutos
que la tierra regala,
cuando con ternura
se siente amada,
y en tu sexo
broten extasiadas rosas
de pétalos blancos.

Dicen que el diablo
es cruel y malévolo
dueño del averno,
pero cuando te amo
se disfraza
de travieso mago
alquimista del pecado.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.

lunes, 16 de septiembre de 2013

ESPERANDO EL ALBA

Solo le quedan unos pasos de tango,
unos pocos lamentos de cante “hondo”
a esta noche atormentada,
crucificada a tus esquinas lejanas.

Escucho como llueve agua cristalina
en las colinas donde el Sol no se pone,
en mis cristales solo ese mohoso verde
eue exuda mi soledad insomne.

Espero que se resquebrajen los cristales
los de mis oquedades transparentes,
el del espejo que su reverso
de mi esperanza cruel te esconde.

Me sentaré paciente en mi orilla
cuando en mis ojos la luz despierte,
observaré como el mar empequeñece,
como se asombran los girasoles

En el sabor a sal de mis labios
te recordaré surco en mis mejillas,
en el renacido brillo de mis pupilas
te dibujaré con textura de albores.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.

domingo, 15 de septiembre de 2013

EFERVESCENCIA

No se trata de la palabra
ni de su aritmética amalgama,
sino del bullicioso sabor
con que tu boca la pronuncia

No se trata de la frágil llama
ni de la brisa que la aviva,
sino de tu procaz mirada
que como hoguera se agita.

No se trata del alba
ni de estrellas adormecidas,
sino del fulgor de tu sonrisa
por donde asoma tu alma.

No se trata de la nube blanca
ni de su vuelo inocente,
sino de aleteo de tus pestañas
que escribe poemas en el aire.

He de alzar mi voz
hasta que quede patente
que es mi sangre efervescencia
cuando en mi te adentras.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.
ENTRE ENSUSEÑOS Y REALIDADES

Donde el río se retuerce
en obsesivos espirales
de agua dulce
mi fe quiere hacerse perenne
aroma de pinares
mi esperanza de resina adherida
a tu piel tatuada de matices.

Si he de confesarme
enumerando mis pecados
solo de uno
cumpliré penitencia
el de ser ermitaño
de mis ensoñaciones
de pensarte mar de nenúfares.

Si las horas pegajosas
que asolan virginidades
han de ser verdad inevitable
deja que enguante mis manos
de terciopelo y amapolas
para que cuando te acaricie
con desnudas espinas no te claves.

Tras  la puerta de un  tiempo remoto
serás fe del nenúfar
la esperanza mar en remanso
en que el río fluirá sin recodos
y nuestros pies desnudos
colgando de pretiles
sentirán el beso del agua dulce.

(José M. Huete García, Septiembre 20!3)
D.A.R   
HOMBRE-ORQUESTA

Quisiera que mis manos fueran de piedra
O de cemento bien compactado,
Que por mis arterias abiertas
Manaran copos de nieve
Blanca y gélida
Para que fuera imperceptible
El ruido de las esferas
El caminar de las manecillas asesinas
Cuando a una noche aún despierta
Y llena de ese gozoso autismo
Que tengo con las sombras
Sucede un amanecer
Que se postra en el horizonte
De un mar tranquilo
Vestida del falaz humedad de los azules
E inevitablemente me llama al suicidio
De mi dubitativa esencia
Y me promete el efímero aplauso
Que recibe a su paso
El embaucador hombre-orquesta.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.