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jueves, 19 de septiembre de 2013

UN VUELO PELIGROSO

Amor,
tratemos esta cuestión de la añoranza
que me hace sentir la noche
como refugio. asilo,
habitación con vistas
sobre desiertos de tinieblas,
convencido que son
los mas dulces lechos de rosas,
donde amarte me está  permitido.

¿Es acaso la lluvia
se prodiga por igual para los claveles
que en invernadero crecen,
que para la amapola campesina?

Si he de escribir en mis paredes,
mil poemas
a tu boca peregrina,
si tu lujuria es la tenue llama
en cerrada en candil de mesa,
y mi deseo tan efímero
como un cigarro entre mis dedos
mientras mi aullido se pierde
en leve suspiro…

No me reproches,
que cuando mi instinto de ser viento
ahueque sus alas
en cegadores amaneceres,
no reconozca el aroma
a madre tierra de tu vientre
en la espiga repleta de los trigales,
que no recuerde las coordenadas
de tu nido entre los árboles.
y en el como gorrión me refugie.

¡Si he de ser amante de noche,
que ya sabe las dimensiones
exactas de las sombras,
permite que vuelva en cada ocaso
con las alas plegadas,
tras pasear al borde de tanto abismo,
tras llorar como niño asustadizo!

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R

1 comentario:

  1. Mucho se ha de amar para pedir y dar, alas para tales vuelos, pero volar en libertad es una condición sine quam para un amor duradero...precioso poema...

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