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martes, 17 de septiembre de 2013

CENA PARA DOS

Amor,
he de confesarte
que no soy incorruptible,
que he vendido
mi alma al diablo,
para que cada noche
celebremos un ágape
en que la luna vista
nuestra desnudez de gala,
que tus ojos sean
dos candelabros de plata,
nuestras dedos
cubertería en oro labrada,
que tu boca sea fuente
que sin cesar mane
vino en barrica añejado,
que tus pechos
sean pan de trigo
amasado con las manos,
tu vientre
una bandeja repleta
de los mas dulces frutos
que la tierra regala,
cuando con ternura
se siente amada,
y en tu sexo
broten extasiadas rosas
de pétalos blancos.

Dicen que el diablo
es cruel y malévolo
dueño del averno,
pero cuando te amo
se disfraza
de travieso mago
alquimista del pecado.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.

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