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viernes, 12 de octubre de 2012

SIN TI...

Mastico este sabor

a pared desnuda,

a todo lo que no tiene vida,

la gelidez de lo que nunca la tuvo.

Araño el aire

intento arrancarle

huellas que no existen,

solo la mudez de los pasos perdidos.

Me quedo aterido,

recuento mis soledades,

las que al irte me dejaste

por único testigo.

Siento ese miedo atenazante

de mirarme hacia dentro,

de volver a encontrarme

con mi conciencia de lobo,

con su mirada helada,

con su aullido de hambre delirante.

Quiero rasgar mi pecho,

¡Y no puedo!,

que se vacíe de la negra sangre

que como muerte me late.

Que de él renazca,

volando libre,

esa paloma blanca,

que con tus besos, en el, anidaste.

¡Y no puedo!.

Busco refugio para mi desespero,

y el mar acalla su azul,

es una plana quietud

hasta mas allá del horizonte.

Y es su silencio pavor,

y en el alma puro hielo,

en mis pulsos no hay latido,

ni lamento de sentimiento herido.

Se ha callado el viento

en la garganta se me atraganta el aliento.

entre lo labios muere un suspiro,

y yo, ya...

¡Ni siquiera me siento!

(José M. Huete García, Julio 2012)
AUN HAY NIDO PARA LA CIGÜEÑA

Amor,

yo sé que te preocupa

distinguir quienes son los buenos,

y quienes los malos,

que aún arropas tu mente

con esa manta inocente

de los cuentos de siempre,

que en las tarde de invierno

recitaba la abuela,

reavivando el calor del brasero

con la badila en mano.

Sé que toda tu vida has caminado

y te ha sido suficiente,

con esos ropajes

tan esquemáticos,

donde la certeza se bordaba

con hilos tan resistentes

que siempre duraban

uno y otro, y otro verano.

Y ahora en los tiempos agitados,

cuando la verdad y la mentira

son solo fugaces matices

que apenas duran un rato,

te sientes tan desnuda

y extravagante,

como se siente la cigüeña

cuando ya no es de piedra,

sino de fibrocemento

su ancestral campanario,

Mas yo te digo, amor,

que en este tiempo desarraigado,

en este Via Crucis,

en que se convierte el camino

para el sentimiento puro

que en la incerteza

se siente inmolado,

siempre reconocerás al malo,

en quien sin darte mas opción

quiere arrastrarte hasta su lado.

No dejes que tu historia

sea escrita por otras manos,

que no sean tan pulcras

como las de la abuela

con la badila en mano,

que ellas solo se manchaban

de carbón,

y de pan amasado a mano.

No creas a quienes predican

desde una u otra trinchera,

que ahora es el tiempo del dolor

y de la rabia en le corazón…

¡Que nunca hubo una Primavera

a la que no sucediera un verano,

y la cigüeña seguirá anidando!

(José M. Hete García, julio 2012)
INQUIETO REFLEJO DEL YO

Cuando me besas,

tus labios incitantes, repletos

de ese vino rojo que me embriaga

poco a poco,

que enloquece en mis arterias,

y se desborda en mi mente

dejando todos los diques rotos...

Siento miedo,

de no poder definir mis lindes,

el norte y el sur

de mi esencia,

el antes y el después

del tiempo y su inclemencia.

De no saber,

si cada trago de tu aliento,

cuando hace cenizas las palabras

en mi garganta,

es ese viento agreste e incontrolado

de los sueños imposibles,

los de la eterna espera,

que deshace en arenisca

la piedra cuadrangular

de los cuatro abismos,

sobre la que me asiento.

Siento miedo,

de no saber si lo que soy

es el eco de lo que fuí,

cuando me tejía de ausencias,

si soy la leña,

que se consume en tu fuego de hoy,

o si he de ser eterno caminante

en busca de ese instante

que entero me contiene.

Tengo miedo,

de que este deseo de tus labios

en el que me abraso,

solo sea el agujero negro

de mi consciencia,

donde para siempre me apago.

¡Y mientras tanto,

úngema con tus manos,

para que este vértigo

de nacer y moris en ti,

no lo sea en vano!

(José M. Huete García, Octubre 2012)

miércoles, 10 de octubre de 2012

CANTO DE MEDIANOCHE

Repican las campanas de la noche,

las que lloran la muerte de las luces,

las que anuncian que son sombras

alocadas, las que danzan en mi mente.

Reverencio esos instantes en que el silencio

guarda el eco de tus huellas en la penumbra,

es mi corazón el ojo inmovil de la rapaz

oteando nostalgias entre la bruma.

Son doce campanadas, doce,

las que me llaman a iniciar el mágico ritual,

de modelar tu ausencia como aroma

de nardo, de tu piel ausente.

Peregrinan mis labios tallando granadas en tu boca.

arrecifes de coral entre tus dientes,

beben hasta el último de tus supiros

para embriagarse de ese aliento que ya no es inocente.

Caminan mis dedos atrevidos y descalzos,

para recolectar el edelweis que florece eterno

en las cumbres donde se erigen tus pechos,

fundo entre ellos lo que quede de los hielos perenes.

Escucho en la brisa traspasada de tu aroma de hembra,

melodías del atávico palpitar de tu sexo,

la llamada exhultante de la tierra madre,

exigiendo que muera el deseo y enraice la simiente.

Doce campanadas, doce,

me trajeron tu esencia esta medianoche,

y al acabar la danza de las sombras,

amanecieron mis sueños en la gloria de las flores.

(José M. Huete García, Octubre 2012)

martes, 9 de octubre de 2012

Y TRAZARÉ UN CIRCULO DE TIZA...

Cuando estas junto a mi

y el silencio de los dos

es un único suspiro perdido en el aire,

en nuestras pupilas encontramos

amaneceres incendiados de soles,

anocheceres en que La Luna

solo asoma su cara mass oscura,

ya ya no es candil

que ilumina el alma con versos de plata.

¡Y trazaré alrededor de tus contornos

un circulo de tiza con mis palabras de ayer!

Las que amordazamos,

con el miedo la fugacidad de los sentimientos,

a no entender que el último trago

ya no emborracha,

que si no se bebe juntando los labios,

entoces se derrama

y deja en el recuerdo sabores amargos.

Y, ahora tu,

mil último trago,

al beberte

encuentro en mi boca

sabores dulces de cerezas

que entre mis labios carnosa revientan,

o la amargura de la hiel

que se hizo áspera arena de tante espera.

Y de hojas verdes

la copa del viejo roble se llena,

aunque sea ruda su corteza

cuando te abraza,

y su savia ya no fluya

con el atrevimiento de la inocencia.

Y trazo un circulo de tiza alrededor de tus contornos

con mis palabras de hoy,

y sabrás cuan breve es espacio de mis sueños

y cuan cerca de tu piel he encerrado mis sentimientos.

(José M. Huete García, Octubre 2012)

lunes, 8 de octubre de 2012

REMEMBRNZA

He paseado contigo

por aquellos jardines

de césped enternecido

con boca de riego,

algún gladiolo incipiente

y tres bancos viejos.

Te he contado que allí

en tardes de verano,

de inocencia aún candentes,

se forjaron mis sueños,

desde el Capitán Trueno

hasta el robado primer beso.

Te he hablado

de como la desesperanza

se fue deshojando en hojas secas,

de como se fué agrietando

mi fé de niño inconsciente.

De como supe que morir

no era un acto heróico

como en su fría lápida

predicaba el viejo monumento,

He sentido en tu mano

uncida a la mía

el latido de la ternura,

y sé que me has amado

en ese instante,

porque en la aspereza de mi piel

he sentido la voz de tu sielencio,

cuando me decía,

que en tu regazo

por niño aún me acoges,

que la fé no se marchitó,

que solo soy hombre de mil caminos,

y un corazón cansado.

(Jose M. Huete, Mayo/2012)

domingo, 7 de octubre de 2012

TAMBIEN LLUEVE EN EL DESIEERTO

Tiñe la tierra su faz con el color de la ceniza,

con la tristeza de la sequedad de su vientre,

hay un desierto sin límites, un manto de arenisca,

un áspero grito de primaveras que ya no vienen.

Llora lagrimas de piedra porque ya no la ama la lluvia,

porque ya no copulará con sus gota cristalínas,

porque los surcos que el arado del tiempo

abrió paciente, ya no gozarán placer de simiente.

¡Cuán yermo queda el corazón que temeroso

pone rajas a la llamda de la sangre,

cuando aún es el tiempo de los soles ardientes!

Deeja que tu mirada plena de azules celstes

vuele libre como el águila en las cumbres,

cabalgue como potra salvaje, reina de la planicie.

que solo el cielo llene tus ojos de matices.

Toma entre tus manos la mas bella de las flores.

arrancala con desparpajosin temer las espinas de su tallo,

bébete el aroma del viento, como se bebe el vino

imprudente, que mana directo de las vides.

No llores, amor, tu infecunda tristeza,

que el desierto es solo apariencia de arena,

que no hay pena que firme resista

el éxtasis supremo qu enciende una caricia.

(José M. Huete Garcia, octubre 2012)
INSTANTE DE PASIÓN

No hay mandato divino,

ni escrito desatino

de obligado cumplimiento,

que el tiempo se desacompase,

e impida sin remedio,

que nuestros pechos fundidos

comtemplen al unísono

este destello con que el ocaso

prende fuego al horizonte.

Un sentimiento alocado

aulla desde lo mas profundo,

se rebela contra lo inevitable,

de que en ese preciso instante,

haya que contar en mares,

la distancia que separa

el infinito gemido de tu éxtasis,

del erguido grito de mi sexo.

Mas se que esta pasion se teje

con el etéreo hilo de los sueños,

que toda diemensión se disuelve

en el cauce único de este deseo,

que no apagará su llama

mientras en nuestras almas

quede espacio para escribir un verso,

que haga de la belleza, exceso.

(Josá M. Huete García, Septiembre 2012)