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sábado, 29 de marzo de 2014


VIRUTAS

Me pides que sonría,
que merece la pena la vida,
que vivir es un canto alegre
que no admite notas tristes,

me dices que la tristeza
es solo la viruta que sobra,
cuando con fe se construye
la mas templada guitarra,

que el dolor es apetencia
que tiene el corazón débil,
que basta soplar en la herida
para que totalmente cure.

Mas con respeto te pregunto,
¿Qué puedo hacer, amor mío,
si en mi tiempo hay noche y día,
si de alba a ocaso transcurre?

Si en el día, a veces,
la tormenta oculta las luces,
y las lágrimas son faroles
que iluminan mis noches…

¿Qué puedo hacer si, a veces,
no son nobles las maderas,
y solo virutas me quedan
después de tanto desvelo?

¡Si tengo el corazón rebelde,
y su latir no es viento que sane,
sino un suspiro perdido!

Dime, entonces, amor,
si en dos he de dividirme,
para que solo una parte de mi
sientas que te pertenece.

(José M. Huete García, Enero 2014)

D.A.R.
ALBA DE NOSTALGIA

Hoy el alba venia
tan despacio
tan solitaria
tan triste
que he pintado en el horizonte
un sol de cabellos dorados.

Hoy el mar iba y venía
tan cansado
tan inexpresivo
tan callado
que he bordado sobre las olas
cenefas de hilo blanco

Hoy las palmeras despertaron
tan quietas
tan ensimismadas
tan llorosas
que he rodeado sus caderas
con la ternura de un abrazo.

Hoy tu mirada parecía
tan lejana
tan apagada
y mi alma tanto te anhelaba
que he cubierto mi soledad
con un velo nostálgico.

(José M. Huete García. Enero 2014)

D.A.R.

martes, 25 de marzo de 2014


AHORA

Ahora que hay un sol que brilla
radiante sobre mi frente,
que hace evidentes las huellas del tiempo
en esta corteza
milenaria de incertezas,
y una brisa paciente y tranquila
por donde mis hojas secas navegan
como trémulas barquillas,

Ahora que a mi ventana viene
una luna que sabiduría irradia,
y me habla paciente
de la apacible realidad del alba,
que mil estrellas velan a horcajadas
sobre tu mirada,
por si la llama de le esperanza
inadvertida se apaga,

Ahora que esas sombras negras,
que en atrabiliaria algarabía
se enmascaran para robarme la fe,
para beber insaciables mis tristeza,
ya no tienen cobijo en la penumbra,
ni la humedad de mis lágrimas
para saciar su impudicia.

Ahora que el viento
ya no enloquece en la veleta,
que mantiene su rumbo
aún en la tormenta que se lleva
en bandadas las primaveras,
que sé que tras cada invierno,
a mis labios volverán tus besos
como golondrinas en alegre vuelo.

Ahora que el río es agua saltarina
que juega a ser cascada sin vértigo,
que se hace prudente remanso
cuando los nenúfares nacen,
que los cantos rodados de su memoria
arrastra hasta ser cuentas de tiempo
en lejanas playas a sotavento.

Ahora que sé que el tiempo del dolor,
es el privilegio que se arrogan
los adoradores del becerro,
que el llanto tiene sabor amargo
si a tragarlo me obligaron,
que cada latido de un corazón sincero
es una eterno “tic-tac”
de un minutero sin retroceso.

Ahora que cesó la controversia
entre el vivir y el soñar,
que mis palmas en tus caderas
sienten el ondular de la palmera,
que mis ojos se pierden
en el pozo sin fondeo de tu mirada
que el éxtasis tiene la voz de las estrellas
cuando se conjuran entre tus piernas…

Ahora, sé que mis pies se posan
en ese remoto lugar,
donde toda razón es pura necedad,
donde soñar es desnudar el alma
para que su único afán sea amar
hasta caer rendida de libertad.

(José M. Huete García. Marzo 2014)
D.A.R
DESACOMPASADOS

Qué difícil resulta a la gaviota
saciar su hambre,
cuando a cada aleteo
ve que el mar está mas lejos.

Que difícil resulta al vencejo
dar hogar a su prole,
cuando una ráfaga de viento
arranca cada rama que escoge.

Que difícil es, amor,
acompasar nuestros tiempos,
cuando distintos relojes
marcan la hora de los sueños,

si tu le preguntas a cada alba
a donde volé en mis noches,
y yo espero cada ocaso
para salir a tu encuentro,

si tu me dices que la duda
a tu luna la cara le entristece,
y yo a cada lucero
le voy poniendo tu nombre.

Yo quisiera saber, amor,
que habrá de suceder,
para que el tiempo se apiade,
y nos regale un instante.

Si he de reclamar a los dioses,
jugar con ellos a los dados,
o aceptar que la pasión
es regocijo de ermitaño.

(José Manuel Huete García. Marzo 2014)

D.A.R.

lunes, 24 de marzo de 2014

MIA

Hoy quiero aprisionar
tu alma entre mis dedos,
y cada centímetro de tu cuerpo
recorrer en mis sueños.

No hay camino mas largo
que el de esta impaciencia,
ni sol mas huraño
que el de tu complacencia.

Es, ahí, en la sala de espera
de la certeza de tu piel tibia,
donde el compromiso
elude su cumplimiento.

Es, ahí, en los largos pasillos
oscuros, donde me pierdo.
donde los acordes de tu ausencia
trastocan en deseo tu esencia.

Es tan largo cada minuto
en que me golpea el recuerdo,
que esta voz que te llama
va acallándose en el silencio.

Es entonces, cuando quisiera
poner rejas a mis versos,
y hacerte mía
en esta cárcel de un poema.

(José M. Huete García. Marzo 2014)

D.A.R.