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martes, 25 de marzo de 2014


AHORA

Ahora que hay un sol que brilla
radiante sobre mi frente,
que hace evidentes las huellas del tiempo
en esta corteza
milenaria de incertezas,
y una brisa paciente y tranquila
por donde mis hojas secas navegan
como trémulas barquillas,

Ahora que a mi ventana viene
una luna que sabiduría irradia,
y me habla paciente
de la apacible realidad del alba,
que mil estrellas velan a horcajadas
sobre tu mirada,
por si la llama de le esperanza
inadvertida se apaga,

Ahora que esas sombras negras,
que en atrabiliaria algarabía
se enmascaran para robarme la fe,
para beber insaciables mis tristeza,
ya no tienen cobijo en la penumbra,
ni la humedad de mis lágrimas
para saciar su impudicia.

Ahora que el viento
ya no enloquece en la veleta,
que mantiene su rumbo
aún en la tormenta que se lleva
en bandadas las primaveras,
que sé que tras cada invierno,
a mis labios volverán tus besos
como golondrinas en alegre vuelo.

Ahora que el río es agua saltarina
que juega a ser cascada sin vértigo,
que se hace prudente remanso
cuando los nenúfares nacen,
que los cantos rodados de su memoria
arrastra hasta ser cuentas de tiempo
en lejanas playas a sotavento.

Ahora que sé que el tiempo del dolor,
es el privilegio que se arrogan
los adoradores del becerro,
que el llanto tiene sabor amargo
si a tragarlo me obligaron,
que cada latido de un corazón sincero
es una eterno “tic-tac”
de un minutero sin retroceso.

Ahora que cesó la controversia
entre el vivir y el soñar,
que mis palmas en tus caderas
sienten el ondular de la palmera,
que mis ojos se pierden
en el pozo sin fondeo de tu mirada
que el éxtasis tiene la voz de las estrellas
cuando se conjuran entre tus piernas…

Ahora, sé que mis pies se posan
en ese remoto lugar,
donde toda razón es pura necedad,
donde soñar es desnudar el alma
para que su único afán sea amar
hasta caer rendida de libertad.

(José M. Huete García. Marzo 2014)
D.A.R

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