PASIÓN Y TRAGEDIA
Enmudecen las sombras,
coro y contrapunto,
en el trágico lamento
de mis miedos mas profundos.
Miedo a no encontrar mis rastro
en el festivo desafío
de lo fugaz, e incierto,
a las pétreas formas de lo establecido.
A no saber si esto que por ti siento
es efímera desmedida del sentimiento,
sutil reflejo de modulada belleza,
o palpitación del deseo mas abyecto.
Miedo a que ese parpadeo de tu mirada
que fulge en pétalos de ibisco,
mientras la tarde, en lento adiós,se despide,
solo sea ilusoria apreciación de poeta enloquecido.
Miedo, a que esta dualidad,
de lo que soy y lo que sueño,
del ahora que estremece mi carne
cuando en halo de pasion me besas,
de que el sabor de tu boca
solo sea pudorosa reminiscencia
de la memoria sin mancha.
Miedo a saber que desgarrarme
en esas dos mitades
que a la locura me asoman,
es el obligado camino
de lo eterno y su abismo
en el que se consuma el tiempo.
(José Manuel Huete García, septiembre 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
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viernes, 7 de septiembre de 2012
DESPERTAR
Asoma el día en amarillentos brotes,
despacio, como si tuviera miedo
de interrumpir el lánguido desperezar
de las adormecidas flores,
y una brisa tibia y salitre
aquieta las lacerantes sombras
que pueblan mis horas sin luces.
Despierta el alma aún humedecida
de tanta lluvia de nostalgia,
de tanta lágrima despeñada
desde mis mejillas,
hasta ese costado de la almohada
donde una vez,
de un mar de pasión la llenaste.
Alza su voz la gaviota,
sobre el murmullo turquesa
de las olas que hablan
palabras de espuma blanca.
y una sirena que lloró demasiadas ausencias,
en la playa ha quedado varada,
es triste melodía su lamento,
y en
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
su cabellera peina penas doradas.
Invoco al Sol y al fuego de su magia
para que una llamarada del nuevo día,
calcine ese incoloro manto
que en ausencias bordó la noche,
y el horizonte, pleno de luz
esculpa tu nombre.
(Jose M, Huete Garcia, Noviembre2011)
Asoma el día en amarillentos brotes,
despacio, como si tuviera miedo
de interrumpir el lánguido desperezar
de las adormecidas flores,
y una brisa tibia y salitre
aquieta las lacerantes sombras
que pueblan mis horas sin luces.
Despierta el alma aún humedecida
de tanta lluvia de nostalgia,
de tanta lágrima despeñada
desde mis mejillas,
hasta ese costado de la almohada
donde una vez,
de un mar de pasión la llenaste.
Alza su voz la gaviota,
sobre el murmullo turquesa
de las olas que hablan
palabras de espuma blanca.
y una sirena que lloró demasiadas ausencias,
en la playa ha quedado varada,
es triste melodía su lamento,
y en
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
su cabellera peina penas doradas.
Invoco al Sol y al fuego de su magia
para que una llamarada del nuevo día,
calcine ese incoloro manto
que en ausencias bordó la noche,
y el horizonte, pleno de luz
esculpa tu nombre.
(Jose M, Huete Garcia, Noviembre2011)
VERSOS LIBRES
(De mi libro PASSIONATA)
Quisiera ser esa brisa paciente
que no hiere,
ese susurro inagotable del tiempo
que no duele,
llegar con mi intacta inocencia
hasta tu vientre.
Y alli,
donde todo toma forma
y se hace presente,
pintar con mis dedos
en el aire que entibia
tu frente,
ese trazo indeleble,
con que la belleza viste,
lo que vive para siempre.
Quisiera tener entre mis labios
esas palabras libres,
sin acentos,
sin puntos ni comas,
olvidar los adjetivos,
conjugar sin pasados,
darle el vuelo de la golondrina,
a lo que mi alma siente,
Es la palabra prisionera
arma de dstruccion masiva...
¡Más que la propia muerte!
(José M .Huete García. Abril 2012)
(De mi libro PASSIONATA)
Quisiera ser esa brisa paciente
que no hiere,
ese susurro inagotable del tiempo
que no duele,
llegar con mi intacta inocencia
hasta tu vientre.
Y alli,
donde todo toma forma
y se hace presente,
pintar con mis dedos
en el aire que entibia
tu frente,
ese trazo indeleble,
con que la belleza viste,
lo que vive para siempre.
Quisiera tener entre mis labios
esas palabras libres,
sin acentos,
sin puntos ni comas,
olvidar los adjetivos,
conjugar sin pasados,
darle el vuelo de la golondrina,
a lo que mi alma siente,
Es la palabra prisionera
arma de dstruccion masiva...
¡Más que la propia muerte!
(José M .Huete García. Abril 2012)
CANSANCIO
Estoy cansado.
de pisar mis propios pasos,
inevitablemente.
maldiciendo mi suerte,
cuando quiero huir
atropellando los instantes,
de esa soledad que me abraza
y me va matando.
Estoy cansado.
de estos sueños tan fugaces.
que sin remedio,
entre mis dedos
se hacen areinisca,
impotentes,
para elevar su vuelo
hasta la cima de tus labios.
Estoy cansado,
de esta agotadora búsqueda.
de ese lugar tan recóndito,
donde reposa el llanto,
donde calla el lamento,
donde la luz no tiene sombra,
donde amarte,
no es coronarme de espinas.
Estoy cansado.
de quedarme quieto,
bajo tan pesado equipaje,
porque la desnudez,
es osadía de los valientes,
y el miedo a equivocar el camino.
una soga axfisiante,
que mata lentamente.
Estoy cansado,
de llegar a tu lado,
y cuando llego...
ya solo esres un vestigio.
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
Estoy cansado.
de pisar mis propios pasos,
inevitablemente.
maldiciendo mi suerte,
cuando quiero huir
atropellando los instantes,
de esa soledad que me abraza
y me va matando.
Estoy cansado.
de estos sueños tan fugaces.
que sin remedio,
entre mis dedos
se hacen areinisca,
impotentes,
para elevar su vuelo
hasta la cima de tus labios.
Estoy cansado,
de esta agotadora búsqueda.
de ese lugar tan recóndito,
donde reposa el llanto,
donde calla el lamento,
donde la luz no tiene sombra,
donde amarte,
no es coronarme de espinas.
Estoy cansado.
de quedarme quieto,
bajo tan pesado equipaje,
porque la desnudez,
es osadía de los valientes,
y el miedo a equivocar el camino.
una soga axfisiante,
que mata lentamente.
Estoy cansado,
de llegar a tu lado,
y cuando llego...
ya solo esres un vestigio.
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
DIME TU...
Si la palabra hiere,
si el pensamiento duele,
si el sentimiento muere...
Dime tu, amor,
que he de ser para amarte,
que he de hacer para que me ames.
Si he de ser solo una nota del pentagrama
de una vieja melodía,
si, apenas, un trazo en el cielo,
si, apenas, un suspiro que se escapa,
si, apenas, una lágrima en la lluvia,
si, solo, una gota de espuma.
que la brisa arrastra a morir en tu playa.
Dime tu, amor,
que he de ser para amarte,
que he de hacer paa que me ames...
Si he de ser hielo derretido,
en la hoguera de tus caprichos,
si he ser hierro fundido,
cuando me abraso en tus labios.
Dime, amor,
si he de dejar de ser yo mismo,
si quieres sentir cunado me abraces,
el hueco latido de la nada,
el eco de ese sentimiento
que se deshojó en soledades.
Dime tu,
que he de ser para amarte.
o, quizas,
si he de no ser
para que me ames..
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
Si la palabra hiere,
si el pensamiento duele,
si el sentimiento muere...
Dime tu, amor,
que he de ser para amarte,
que he de hacer para que me ames.
Si he de ser solo una nota del pentagrama
de una vieja melodía,
si, apenas, un trazo en el cielo,
si, apenas, un suspiro que se escapa,
si, apenas, una lágrima en la lluvia,
si, solo, una gota de espuma.
que la brisa arrastra a morir en tu playa.
Dime tu, amor,
que he de ser para amarte,
que he de hacer paa que me ames...
Si he de ser hielo derretido,
en la hoguera de tus caprichos,
si he ser hierro fundido,
cuando me abraso en tus labios.
Dime, amor,
si he de dejar de ser yo mismo,
si quieres sentir cunado me abraces,
el hueco latido de la nada,
el eco de ese sentimiento
que se deshojó en soledades.
Dime tu,
que he de ser para amarte.
o, quizas,
si he de no ser
para que me ames..
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
ENREDADERA
No es estravagancia de mis sueños,
simo palpable vértigo,
lo que siento,
cuando te aproxims tanto,
te haces enredadera en mi silencio,
y penetras por esa grieta
en que mi soledad abre puertas,
donde aun quedan lágrimas
que horadan la fria piedra
en que cristaliza mi llanto.
y te haces luz en este claustro,
donde mis pasos
son paenas trazos,
donde mis recuerdos
son borbotones de la vieja fuente,
y brisa en el naranjo.
Y muy despacio,
de mi savia bebes hasta el útimo trago...
Y te quedas.
(José M. Huete García, Diciembre 2010)
No es estravagancia de mis sueños,
simo palpable vértigo,
lo que siento,
cuando te aproxims tanto,
te haces enredadera en mi silencio,
y penetras por esa grieta
en que mi soledad abre puertas,
donde aun quedan lágrimas
que horadan la fria piedra
en que cristaliza mi llanto.
y te haces luz en este claustro,
donde mis pasos
son paenas trazos,
donde mis recuerdos
son borbotones de la vieja fuente,
y brisa en el naranjo.
Y muy despacio,
de mi savia bebes hasta el útimo trago...
Y te quedas.
(José M. Huete García, Diciembre 2010)
UNA ESTACIÓN VACÍA
Con el pie en el estribo
de este último tren,
que me llevará sin remedio,
a ese lugar de nombre tan corto
y memoria infinita.
o, de nombre tan largo
y de memoria tan corta,
mientras se suceden ante mis ojos,
los paisajes
de todas mis soledades,
en ese castigo
con que se regodea el tiempo
antes de arrancarme el último suspiro...
Miro hacía atrás.
sabiendo que lo posible
es solo cálculo de probabilidades,
asidero de la fé mas triste,
que el azar también existe,
esperando escuchar un adiós
de tus labios,
un tintineo del aire,
una lágrima escapándose
de tu mirada suplicante,
tu cuerpo ofreciéndose
como apresurado regalo
de tu lujuria renacida,
Pero, nada ocurre,
mada sucede,
el anden es solo silencio
prologado en la nada,
donde todo lo que dejo
tiene la forma de un sueño desvanecido,
donde todo lo que sucede
donde yo estuve,
seguirá sucediendo,
en ese sacrificio expiatorio
al dios del tiempo,
que es la vida.
Doy el siguiente paso,
desnudo de miedos,
sin mas equipaje,
que mi denudez completa.
y una urna donde guardo las cenizas.
de mi única certeza...
La de que te amé,
la de que me amaste,
la de que todo fué locura...
¡Cuando sin ley nos amamos!
(José M. Huete Garcia, Septiembre 2012)
Con el pie en el estribo
de este último tren,
que me llevará sin remedio,
a ese lugar de nombre tan corto
y memoria infinita.
o, de nombre tan largo
y de memoria tan corta,
mientras se suceden ante mis ojos,
los paisajes
de todas mis soledades,
en ese castigo
con que se regodea el tiempo
antes de arrancarme el último suspiro...
Miro hacía atrás.
sabiendo que lo posible
es solo cálculo de probabilidades,
asidero de la fé mas triste,
que el azar también existe,
esperando escuchar un adiós
de tus labios,
un tintineo del aire,
una lágrima escapándose
de tu mirada suplicante,
tu cuerpo ofreciéndose
como apresurado regalo
de tu lujuria renacida,
Pero, nada ocurre,
mada sucede,
el anden es solo silencio
prologado en la nada,
donde todo lo que dejo
tiene la forma de un sueño desvanecido,
donde todo lo que sucede
donde yo estuve,
seguirá sucediendo,
en ese sacrificio expiatorio
al dios del tiempo,
que es la vida.
Doy el siguiente paso,
desnudo de miedos,
sin mas equipaje,
que mi denudez completa.
y una urna donde guardo las cenizas.
de mi única certeza...
La de que te amé,
la de que me amaste,
la de que todo fué locura...
¡Cuando sin ley nos amamos!
(José M. Huete Garcia, Septiembre 2012)
SENTIMIENTO
En ti,
en mi,
en nosotros,
el silencio calla
al unísono.
En la brisa,
en la lluvia,
en el relámpago,
la ausencia borra
su huella,
la presencia
modula
la voz dual
del enigma.
Una palabra,
un verso,
un poema,
esencia que vive,
en las ventanas
del alma,
en la puerta abierta,
por donde escapa
el sentimiento.
Lleno.
completo,
ahito,
en ti me sacio,
en ti soy
lo que siento.
(José M. Huete García, septiembre 2012)
En ti,
en mi,
en nosotros,
el silencio calla
al unísono.
En la brisa,
en la lluvia,
en el relámpago,
la ausencia borra
su huella,
la presencia
modula
la voz dual
del enigma.
Una palabra,
un verso,
un poema,
esencia que vive,
en las ventanas
del alma,
en la puerta abierta,
por donde escapa
el sentimiento.
Lleno.
completo,
ahito,
en ti me sacio,
en ti soy
lo que siento.
(José M. Huete García, septiembre 2012)
SÉ AGUA, SÉ AIRE, SÉ FUEGO
Sé agua,
manantial de cristal transparente
en que se derrama tu mirada,
se fuente primigenia
de la que mi ser mana.
La lluvia dulce
que rasga el velo de las nubes grises
de mi tristeza
horada, gota a gota,
esta piedra tan pesada
que doblega mi espalda.
Sé torrente,
arrastra en tu cauce
desbordado,
la arenisca de mi llanto.
Sé aire,
agítame en viento rebelde,
rompe conmigo
los códigos de la veleta,
insufla una bocanada
de esa vida que fluye inquieta,
desde el tranquilo norte
de la certeza,
hasta ese sur indescriptible
de la incerteza.
Haz, que estas alas tan gastadas,
de águila que ya nada espera,
varada, y sin cordillera,
renazca en paloma blanca
que rompió las cadenas.
Sé fuego,
me encenderé rápido
que soy leña seca,
hojarasca de otras guerras.
Abrásame en tus besos
de racimos de cerezas,
haz de tus dedos, tizones,
que quemen mi piel entera,
consúmeme en tu deseo,
convierteme en rescoldo
donde solo la memoria queda.
Sé principio y fin,
sé el camino y la meta,
se mi vida entera.
(Jose M Huete Garcia, Julio 2010)
Sé agua,
manantial de cristal transparente
en que se derrama tu mirada,
se fuente primigenia
de la que mi ser mana.
La lluvia dulce
que rasga el velo de las nubes grises
de mi tristeza
horada, gota a gota,
esta piedra tan pesada
que doblega mi espalda.
Sé torrente,
arrastra en tu cauce
desbordado,
la arenisca de mi llanto.
Sé aire,
agítame en viento rebelde,
rompe conmigo
los códigos de la veleta,
insufla una bocanada
de esa vida que fluye inquieta,
desde el tranquilo norte
de la certeza,
hasta ese sur indescriptible
de la incerteza.
Haz, que estas alas tan gastadas,
de águila que ya nada espera,
varada, y sin cordillera,
renazca en paloma blanca
que rompió las cadenas.
Sé fuego,
me encenderé rápido
que soy leña seca,
hojarasca de otras guerras.
Abrásame en tus besos
de racimos de cerezas,
haz de tus dedos, tizones,
que quemen mi piel entera,
consúmeme en tu deseo,
convierteme en rescoldo
donde solo la memoria queda.
Sé principio y fin,
sé el camino y la meta,
se mi vida entera.
(Jose M Huete Garcia, Julio 2010)
A CIEGAS
Qué cercano siento el latido de tu sangre.
cuando el dorso de tu mano
se hace mas suave que la brisa,
de una alborada aún incipiete,
y enjuga en mis mejillas
toda esa tristeza de rotos cristeles
que mis ojos vierten.
Qué lejana adivino
la pasión que a tu mirada
inerme me crucifica,
que entre tus pestañas,
un infinito océano
es agua que me purifica.
Que sean tus palabras
las que acorten esta lejanía,
que en sombras sin brillo
sobre mis ojos se cierne,
Pronuncia mi nombre muy despacio
como susurran al viento,
los trigales verdes,
Que cada letra en mi alma,
sea gota de lluvia
que en torrente se desborde.
No apagues en tus pupilas
el fuego de esta pasión nos enciende,
ni cambies el acento agudo de su llama,
que aunque en mis ojos solo brille
una sombra del arco iris,
no hay cielo mas profundo
que el que te ve
cuando hacia dentro te miro.
Deja que entre mis dedos
todo el bosque se incendie,
deja que en mis labios
sepan dulces las cenizas,
y en tu vientre,
mi deseo, para siempre
en mi memoria te dibuje.
Sé fuego,
sé agua,
sé viento…
¡Sé al ciento por ciento
todo lo que me queda como cierto!
(José M. Huete, mayo 2012)
Qué cercano siento el latido de tu sangre.
cuando el dorso de tu mano
se hace mas suave que la brisa,
de una alborada aún incipiete,
y enjuga en mis mejillas
toda esa tristeza de rotos cristeles
que mis ojos vierten.
Qué lejana adivino
la pasión que a tu mirada
inerme me crucifica,
que entre tus pestañas,
un infinito océano
es agua que me purifica.
Que sean tus palabras
las que acorten esta lejanía,
que en sombras sin brillo
sobre mis ojos se cierne,
Pronuncia mi nombre muy despacio
como susurran al viento,
los trigales verdes,
Que cada letra en mi alma,
sea gota de lluvia
que en torrente se desborde.
No apagues en tus pupilas
el fuego de esta pasión nos enciende,
ni cambies el acento agudo de su llama,
que aunque en mis ojos solo brille
una sombra del arco iris,
no hay cielo mas profundo
que el que te ve
cuando hacia dentro te miro.
Deja que entre mis dedos
todo el bosque se incendie,
deja que en mis labios
sepan dulces las cenizas,
y en tu vientre,
mi deseo, para siempre
en mi memoria te dibuje.
Sé fuego,
sé agua,
sé viento…
¡Sé al ciento por ciento
todo lo que me queda como cierto!
(José M. Huete, mayo 2012)
BESO
En esta tarde lluviosa,
gris y alcanforada,
peregrina mi pensamiento
entre las pequeñas cosas
a las que mi mano alcanza,
acaricio la gelidez de sus contornos,
y con un susurro las nombro.
La nada me responde
en un opaco rayo de luz,
que pugna por ser en mi ventana,
y me recuerda…
que como estrella errante
me parió de su vientre,
que no hay respuesta
cuyo resplandor me ciegue,
que es tanta pregunta
que esclavizo entre barrotes,
la que mis ojos enceguece.
Y cuando llegas a mi lado
con el pálpito del día
aún latente en tus manos,
y un rayo de Sol guardado
entre los pliegues de tu alma…
Te acercas, despacio,
y posas en mis labios
la tibieza de una promesa
anidada en tu vientre.
En mi toma vida de repente
la verdad que me exculpa…
¡Que aún a la nada
Mis sueños…
No pertenecen!
(José M. Huete, mayo/2012)
En esta tarde lluviosa,
gris y alcanforada,
peregrina mi pensamiento
entre las pequeñas cosas
a las que mi mano alcanza,
acaricio la gelidez de sus contornos,
y con un susurro las nombro.
La nada me responde
en un opaco rayo de luz,
que pugna por ser en mi ventana,
y me recuerda…
que como estrella errante
me parió de su vientre,
que no hay respuesta
cuyo resplandor me ciegue,
que es tanta pregunta
que esclavizo entre barrotes,
la que mis ojos enceguece.
Y cuando llegas a mi lado
con el pálpito del día
aún latente en tus manos,
y un rayo de Sol guardado
entre los pliegues de tu alma…
Te acercas, despacio,
y posas en mis labios
la tibieza de una promesa
anidada en tu vientre.
En mi toma vida de repente
la verdad que me exculpa…
¡Que aún a la nada
Mis sueños…
No pertenecen!
(José M. Huete, mayo/2012)
MATICES DE SOLEDAD
Calla el saxo,
impotente para encontrar la nota
que exprese exactamente,
lo que siente.
No hay pentagrama que contenga
tanta nota obscena,
de un dolor que se expresa impronunciable,
que en trozos descoyuntados
se desguaza en la mente.
¡Y mientras, allá afuera,
las miradas son una madeja
de esferas indolentes!
El mar se queda vacío,
es ya solo una oquedad espeluznante
de silencios abisales,
de estrellas amortajas
entre dientes de sal
y sanguinarios corales
de sed perenne.
¡Y mientras, allá afuera…
las manos se abstienen
de cualquier pecado irreverente!
No vuela la mariposa,
la belleza de las flores le parece insultante,
con el filo mas hiriente
del quebradizo cristal del rocío,
amputó sus alas,
para volver a ser crisálida,
para siempre.
¡Y mientras, allá afuera…
se catalogan los orgasmos
como excipiente,
y se venden en botellas
de color verde elegante!
¡Y mientras, aquí adentro
se queda vacía la mente,
esperando la muerte,
esa que mata los sueños,
apresuradamente!
(José M Hete. Julio 2012)
Calla el saxo,
impotente para encontrar la nota
que exprese exactamente,
lo que siente.
No hay pentagrama que contenga
tanta nota obscena,
de un dolor que se expresa impronunciable,
que en trozos descoyuntados
se desguaza en la mente.
¡Y mientras, allá afuera,
las miradas son una madeja
de esferas indolentes!
El mar se queda vacío,
es ya solo una oquedad espeluznante
de silencios abisales,
de estrellas amortajas
entre dientes de sal
y sanguinarios corales
de sed perenne.
¡Y mientras, allá afuera…
las manos se abstienen
de cualquier pecado irreverente!
No vuela la mariposa,
la belleza de las flores le parece insultante,
con el filo mas hiriente
del quebradizo cristal del rocío,
amputó sus alas,
para volver a ser crisálida,
para siempre.
¡Y mientras, allá afuera…
se catalogan los orgasmos
como excipiente,
y se venden en botellas
de color verde elegante!
¡Y mientras, aquí adentro
se queda vacía la mente,
esperando la muerte,
esa que mata los sueños,
apresuradamente!
(José M Hete. Julio 2012)
ENSOÑACIÓN
Era ella,
La he visto pasar, altiva,
La mirada desafiante,
Dos puñales de fuego
Clavados en la espalda
De esta tibia tarde de Mayo.
Arrogantes, aún, sus pechos,
Rebosantes de ese dulce aroma
De la fruta madura,
De ese calido sabor.
Que en el paladar se añeja
De sutil impaciencia.
Cimbreantes sus caderas,
De palmera sapiente
De vientos suaves
Y agresivas tormentas,
Que la sabiduría es ceñirse
Cuando soplan con fuerza.
Un halo mágico
Me acarició con su esencia,
En las manos me dejó
Estos versos callados,
Que nunca sabrá escribí para ella.
(José Manuel Huete, Mayo/2012)
Era ella,
La he visto pasar, altiva,
La mirada desafiante,
Dos puñales de fuego
Clavados en la espalda
De esta tibia tarde de Mayo.
Arrogantes, aún, sus pechos,
Rebosantes de ese dulce aroma
De la fruta madura,
De ese calido sabor.
Que en el paladar se añeja
De sutil impaciencia.
Cimbreantes sus caderas,
De palmera sapiente
De vientos suaves
Y agresivas tormentas,
Que la sabiduría es ceñirse
Cuando soplan con fuerza.
Un halo mágico
Me acarició con su esencia,
En las manos me dejó
Estos versos callados,
Que nunca sabrá escribí para ella.
(José Manuel Huete, Mayo/2012)
NOSTALGIA DE TI
Siento que mi alma se licúa
En gélidos cistales de lluvia
Cuando en la soledad de mi piel
Te anhela…
Y solo eres el vino que sobre la mesa
Se derrama, en la vaguedad
De un sueño imposible.
Quisiera tapar mi desnudez aterida
Con ese manto de estrellas lejanas
Donde tu eres la que mas brilla.
Quisiera escuchar la profundidad
De tus latidos, en esa caracola
Que abandonó el destino en mi playa.
Quisiera saberte surco abierto
Donde germine la simiente roja
De esta amapola que me enciende.
Mis noches se tejen de los delgados
Hilos de la nostalgia,
En ellos se sostiene,
Esta cúpula del templo
Donde en súplicas te venero,
Y en una oración callada
Tu ausencia recito
En un mantra de eternidades.
Y la oscuridad cubrirá
El silencio de mis sueños,
Hasta que el dolor supure,
Haga reventar.
Esa excrescencia del tiempo
Donde se refugia el recuerdo.
(José M. Huete, Mayo 2012)
Siento que mi alma se licúa
En gélidos cistales de lluvia
Cuando en la soledad de mi piel
Te anhela…
Y solo eres el vino que sobre la mesa
Se derrama, en la vaguedad
De un sueño imposible.
Quisiera tapar mi desnudez aterida
Con ese manto de estrellas lejanas
Donde tu eres la que mas brilla.
Quisiera escuchar la profundidad
De tus latidos, en esa caracola
Que abandonó el destino en mi playa.
Quisiera saberte surco abierto
Donde germine la simiente roja
De esta amapola que me enciende.
Mis noches se tejen de los delgados
Hilos de la nostalgia,
En ellos se sostiene,
Esta cúpula del templo
Donde en súplicas te venero,
Y en una oración callada
Tu ausencia recito
En un mantra de eternidades.
Y la oscuridad cubrirá
El silencio de mis sueños,
Hasta que el dolor supure,
Haga reventar.
Esa excrescencia del tiempo
Donde se refugia el recuerdo.
(José M. Huete, Mayo 2012)
PERMANECER
Cuando me vaya,
y ya no esté tamizado en las cosas,
y solo sea recuerdo en las palabras,
todo seguirá sucediendo,
allí,
de donde me fuí.
En le mismo lugar incierto,
en los jardines
con tres bancos viejos,
el mentiroso monumento,
y la hierba olvidad del cielo,
seguirán jugando lo niños
antes de que mueran sus sueñas.
La grán estación,
seguira vomitando adioses,
por su gran boca negra,
seguirá engullendo retornos
de ojos tan abiertos
que terminarán viendo el miedo.
En el gran Panteón,
su hierática cúpula,
seguirá tiñendo grises amaneceres
de pálidos tonos rojos,
y los ilustres esqueletos,
de quienes se creyeron ser todo,
seguirán desafiando el olvido
bajo sudarios de marmol
en el gran salón,
donde los pasos resuenan
en ecos de lo ignoto.
Las golonrinas
seguirán colgando sus nidos
sobre el repujado balcón,
donde cada atardecer
te buscaban mi ojos,
niña de miel en la mirada
y boca atrevida,
para recoger en mi corazón
esos besos que me lanzabas
con pícara sonrisa.
Cuando me vaya,
todo seguira sucediendo inmutable,
en donde estuve,
y me fuí,
porque el tiempo borra las huellas
de los pasos perdidos,
pero el recuerdo es el eco
que siempre ha permanecerá
mas allá del olvido.
Cuando me vaya,
seguiré siendo en ti,
porque el libro de la memoria
seguirá abierto
en cada uno de mis besos.
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
Cuando me vaya,
y ya no esté tamizado en las cosas,
y solo sea recuerdo en las palabras,
todo seguirá sucediendo,
allí,
de donde me fuí.
En le mismo lugar incierto,
en los jardines
con tres bancos viejos,
el mentiroso monumento,
y la hierba olvidad del cielo,
seguirán jugando lo niños
antes de que mueran sus sueñas.
La grán estación,
seguira vomitando adioses,
por su gran boca negra,
seguirá engullendo retornos
de ojos tan abiertos
que terminarán viendo el miedo.
En el gran Panteón,
su hierática cúpula,
seguirá tiñendo grises amaneceres
de pálidos tonos rojos,
y los ilustres esqueletos,
de quienes se creyeron ser todo,
seguirán desafiando el olvido
bajo sudarios de marmol
en el gran salón,
donde los pasos resuenan
en ecos de lo ignoto.
Las golonrinas
seguirán colgando sus nidos
sobre el repujado balcón,
donde cada atardecer
te buscaban mi ojos,
niña de miel en la mirada
y boca atrevida,
para recoger en mi corazón
esos besos que me lanzabas
con pícara sonrisa.
Cuando me vaya,
todo seguira sucediendo inmutable,
en donde estuve,
y me fuí,
porque el tiempo borra las huellas
de los pasos perdidos,
pero el recuerdo es el eco
que siempre ha permanecerá
mas allá del olvido.
Cuando me vaya,
seguiré siendo en ti,
porque el libro de la memoria
seguirá abierto
en cada uno de mis besos.
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
GOTA DE LLUVIA
¡Qué contrasentido,
Qué irreverente para la razón!
Nace dulce la lluvia
De la negra ira de los cielos,
De un vientre iracundo
La fecunda vitalidad
Que anega los campos
Donde germina la espiga,
Donde madura la vida…
¡Qué inexplicable
El dulce sabor de los frutos,
Si nace de la ira!
¡Qué irreverente irracionalidad
Que la dulzura que nutre las vides,
Se haga río para morir en el mar,
Con el áspero sabor de la sal
Incrustado en su boca!
Y así voy muriendo
Golpe a golpe,
Día a día,
En esa ira del tiempo
Que me lleva
De la miel de tus labios
A la salina oquedad del olvido.
¡Apenas soy una gota de lluvia
En el eterno circulo de la vida!
(Jose M. Huete Garcia. Abril 2012)
¡Qué contrasentido,
Qué irreverente para la razón!
Nace dulce la lluvia
De la negra ira de los cielos,
De un vientre iracundo
La fecunda vitalidad
Que anega los campos
Donde germina la espiga,
Donde madura la vida…
¡Qué inexplicable
El dulce sabor de los frutos,
Si nace de la ira!
¡Qué irreverente irracionalidad
Que la dulzura que nutre las vides,
Se haga río para morir en el mar,
Con el áspero sabor de la sal
Incrustado en su boca!
Y así voy muriendo
Golpe a golpe,
Día a día,
En esa ira del tiempo
Que me lleva
De la miel de tus labios
A la salina oquedad del olvido.
¡Apenas soy una gota de lluvia
En el eterno circulo de la vida!
(Jose M. Huete Garcia. Abril 2012)
SE FUEGO
Aunque los girasoles se queden ciegos
Y asome la muerte en sus ojos negros,
Aunque se seque el mar entero
Porque el calor de tu mirada
Evapore la sal de mis lágrimas,
Aunque La Luna ya no me acaricie
Porque se apague la luz en sus pupilas de plata…
Se el fuego que me consuma cada mañana,
Amanece por el costado de mi horizonte
Y abrásame hasta la más oculta de mis entrañas.
No tengas prisa, mi amor,
Tienes todo el día para caminarme,
Toda la noche para amarme,
No pares para descansar
Bajo sombras de lágrimas negras,
Y si haces una pausa
Deja que entonces sean mis labios
Los que saboreen sorbo a sorbo
Ese hierro derretido
Que sabe a miel en tu boca..
Siembra mis surcos sin miedo
Que aún quedan hojas verdes,
En la memoria de otras primaveras,
Cuida que la simiente esté pletórica de deseo,
Que las amapolas se tornan mustias
Si al trigo verde se le acaba
La húmeda pasión de la espiga
Que se tiende desinhibida
Para copular con amarillos soles.
Con la seda de tus cabellos,
Encierra mis contornos en un círculo mágico,
Llena tu mirada del brillo de las estrellas
Que no queden rincones
Donde se oculten las sombras.
Se la tea en mis noches
Y quémame en ella
Hasta que de mi pasión solo quede
El voluptuoso humo de un cigarrillo.
(José M. Huete García, Febrero 2011)
Aunque los girasoles se queden ciegos
Y asome la muerte en sus ojos negros,
Aunque se seque el mar entero
Porque el calor de tu mirada
Evapore la sal de mis lágrimas,
Aunque La Luna ya no me acaricie
Porque se apague la luz en sus pupilas de plata…
Se el fuego que me consuma cada mañana,
Amanece por el costado de mi horizonte
Y abrásame hasta la más oculta de mis entrañas.
No tengas prisa, mi amor,
Tienes todo el día para caminarme,
Toda la noche para amarme,
No pares para descansar
Bajo sombras de lágrimas negras,
Y si haces una pausa
Deja que entonces sean mis labios
Los que saboreen sorbo a sorbo
Ese hierro derretido
Que sabe a miel en tu boca..
Siembra mis surcos sin miedo
Que aún quedan hojas verdes,
En la memoria de otras primaveras,
Cuida que la simiente esté pletórica de deseo,
Que las amapolas se tornan mustias
Si al trigo verde se le acaba
La húmeda pasión de la espiga
Que se tiende desinhibida
Para copular con amarillos soles.
Con la seda de tus cabellos,
Encierra mis contornos en un círculo mágico,
Llena tu mirada del brillo de las estrellas
Que no queden rincones
Donde se oculten las sombras.
Se la tea en mis noches
Y quémame en ella
Hasta que de mi pasión solo quede
El voluptuoso humo de un cigarrillo.
(José M. Huete García, Febrero 2011)
NOSTALGIA DE TI
Siento que mi alma se licúa
En gélidos cistales de lluvia
Cuando en la soledad de mi piel
Te anhela…
Y solo eres el vino que sobre la mesa
Se derrama, en la vaguedad
De un sueño imposible.
Quisiera tapar mi desnudez aterida
Con ese manto de estrellas lejanas
Donde tu eres la que mas brilla.
Quisiera escuchar la profundidad
De tus latidos, en esa caracola
Que abandonó el destino en mi playa.
Quisiera saberte surco abierto
Donde germine la simiente roja
De esta amapola que me enciende.
Mis noches se tejen de los delgados
Hilos de la nostalgia,
En ellos se sostiene,
Esta cúpula del templo
Donde en súplicas te venero,
Y en una oración callada
Tu ausencia recito
En un mantra de eternidades.
Y la oscuridad cubrirá
El silencio de mis sueños,
Hasta que el dolor supure,
Haga reventar.
Esa excrescencia del tiempo
Donde se refugia el recuerdo.
(José M. Huete, Mayo 2012)
Siento que mi alma se licúa
En gélidos cistales de lluvia
Cuando en la soledad de mi piel
Te anhela…
Y solo eres el vino que sobre la mesa
Se derrama, en la vaguedad
De un sueño imposible.
Quisiera tapar mi desnudez aterida
Con ese manto de estrellas lejanas
Donde tu eres la que mas brilla.
Quisiera escuchar la profundidad
De tus latidos, en esa caracola
Que abandonó el destino en mi playa.
Quisiera saberte surco abierto
Donde germine la simiente roja
De esta amapola que me enciende.
Mis noches se tejen de los delgados
Hilos de la nostalgia,
En ellos se sostiene,
Esta cúpula del templo
Donde en súplicas te venero,
Y en una oración callada
Tu ausencia recito
En un mantra de eternidades.
Y la oscuridad cubrirá
El silencio de mis sueños,
Hasta que el dolor supure,
Haga reventar.
Esa excrescencia del tiempo
Donde se refugia el recuerdo.
(José M. Huete, Mayo 2012)
APASIONADO
Dicen que los dioses están irritados,
que para amarte,
les gané la partida,
con un pleno de cinco ases,
en ese tablero infinito
donde el azar marca el destino.
Dicen que pequé contra el tiempo,
que con avraricia me apropié
de todos los instantes,
donde con cada uno de tus besos,
se escribe la pasión
verso a verso.
Dicen que pequé contra esa ley,
que despiadada delimita el espacio,
que en tu piel sacié mi gula,
y centimetro a centimetro.
fuí acortando la distancia,
hasta ese extasis de lo sublime,
que es la muerte que nos redime.
No haré contrición,
ni pagaré penitancia.
No hay culpa si el destino
se viste de Primavera,
si tu mirada es de hierba freca,
tus la labios amapolas,
y mi deseo en tus caderas
se hace enredadera.
¡Nunca podré negarte,
si antes no me niego a mi mismo!
Y no quiero...
(José M. Huete García, Septiembre 2010)
Dicen que los dioses están irritados,
que para amarte,
les gané la partida,
con un pleno de cinco ases,
en ese tablero infinito
donde el azar marca el destino.
Dicen que pequé contra el tiempo,
que con avraricia me apropié
de todos los instantes,
donde con cada uno de tus besos,
se escribe la pasión
verso a verso.
Dicen que pequé contra esa ley,
que despiadada delimita el espacio,
que en tu piel sacié mi gula,
y centimetro a centimetro.
fuí acortando la distancia,
hasta ese extasis de lo sublime,
que es la muerte que nos redime.
No haré contrición,
ni pagaré penitancia.
No hay culpa si el destino
se viste de Primavera,
si tu mirada es de hierba freca,
tus la labios amapolas,
y mi deseo en tus caderas
se hace enredadera.
¡Nunca podré negarte,
si antes no me niego a mi mismo!
Y no quiero...
(José M. Huete García, Septiembre 2010)
NO DIGAMOS ADIOS
Cuantas veces rogamos
que cayera la lluvia,
para sentir la vida
crecer en nuestras manos.
Que se desbordaran
las fuentes azules
para limpiar las lágrimas,
antes de que rodaran
hasta convertirse en barro.
Cuanto tiempo esperamos
que perlas irisadas,
fueran húmedo rocío
en nuestros labios,
que ya no tuvieran el sabor
de lo amargo,
Cuantas veces vimos nacer
la flor del cactus,
coronada de espinas,
abrirse los claveles
como rojas heridas,
cuando supuraban el impuro
tiempo de la despedida.
No diremos adiós,
que el dolor solo tenga
el color anaranjado del alba,
que no tome el tono granate.
que señala los bordes de la llaga.
No digamos adiós,
que entre el luto y el olvido.
aún caminaremos juntos
un largo recorrido,
con los zapatos apretendo
donde mas duele la nostalgia…
¡Justo en ese punto en que renace
el tiempo de la esperanza!
(José M. Huete García, Mayo 2012)
Cuantas veces rogamos
que cayera la lluvia,
para sentir la vida
crecer en nuestras manos.
Que se desbordaran
las fuentes azules
para limpiar las lágrimas,
antes de que rodaran
hasta convertirse en barro.
Cuanto tiempo esperamos
que perlas irisadas,
fueran húmedo rocío
en nuestros labios,
que ya no tuvieran el sabor
de lo amargo,
Cuantas veces vimos nacer
la flor del cactus,
coronada de espinas,
abrirse los claveles
como rojas heridas,
cuando supuraban el impuro
tiempo de la despedida.
No diremos adiós,
que el dolor solo tenga
el color anaranjado del alba,
que no tome el tono granate.
que señala los bordes de la llaga.
No digamos adiós,
que entre el luto y el olvido.
aún caminaremos juntos
un largo recorrido,
con los zapatos apretendo
donde mas duele la nostalgia…
¡Justo en ese punto en que renace
el tiempo de la esperanza!
(José M. Huete García, Mayo 2012)
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