PERMANECER
Cuando me vaya,
y ya no esté tamizado en las cosas,
y solo sea recuerdo en las palabras,
todo seguirá sucediendo,
allí,
de donde me fuí.
En le mismo lugar incierto,
en los jardines
con tres bancos viejos,
el mentiroso monumento,
y la hierba olvidad del cielo,
seguirán jugando lo niños
antes de que mueran sus sueñas.
La grán estación,
seguira vomitando adioses,
por su gran boca negra,
seguirá engullendo retornos
de ojos tan abiertos
que terminarán viendo el miedo.
En el gran Panteón,
su hierática cúpula,
seguirá tiñendo grises amaneceres
de pálidos tonos rojos,
y los ilustres esqueletos,
de quienes se creyeron ser todo,
seguirán desafiando el olvido
bajo sudarios de marmol
en el gran salón,
donde los pasos resuenan
en ecos de lo ignoto.
Las golonrinas
seguirán colgando sus nidos
sobre el repujado balcón,
donde cada atardecer
te buscaban mi ojos,
niña de miel en la mirada
y boca atrevida,
para recoger en mi corazón
esos besos que me lanzabas
con pícara sonrisa.
Cuando me vaya,
todo seguira sucediendo inmutable,
en donde estuve,
y me fuí,
porque el tiempo borra las huellas
de los pasos perdidos,
pero el recuerdo es el eco
que siempre ha permanecerá
mas allá del olvido.
Cuando me vaya,
seguiré siendo en ti,
porque el libro de la memoria
seguirá abierto
en cada uno de mis besos.
(José M. Huete García, Septiembre 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
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