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domingo, 27 de octubre de 2013

SIN RECRIMINACIÓN

Comprendo la agonía del ruiseñor
cuando con fiereza
en cristales resquebraja su canto,
y su eco no le responde.

y el quejido prolongado del lobo,
cuando su hambre depreda estepas,
y el miedo del cervatillo,
su soledad le impone.

Comprendo, que no siendo
el amo del viento,
cambie el rumbo de las hojas secas,
y que de tu aroma me deshoje.

no tiene el negro pozo de mis ojos
profundidad suficiente,
para llenarse de lágrimas negras
cuando  te asomas a su borde

No me despediré de la nostalgia
ni pediré que con pañuelo la enjugues,
pero no me recrimines
que como el río me comporte.

(José M. Huete García. Octubre 2013)

D.A.R.

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