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viernes, 3 de octubre de 2014

CUMPLIR EL MANDAMIENTO

Si a cada amanecer
he de andar ligero,
para llegar a ese sagrado instante
en que tu mirada
es el alba,
que anuncia un nuevo sueño,

me vestiré con las alas
de una águila depredadora,
y en el avizor de mis ojos
te observaré atento,
hasta que mi  instinto
me vuelva hambriento,

no es tu corazón ni tu sangre
mi alimento,
ni el esplendor de tus senos,
es el palpitar de tu piel.
que tan llena de deseo
bajo su desnudez advierto,

si te he de hacer presa,
será en las garras del viento
donde dejaré volar
mi sentimiento,
pues no he de ser tu carcelero,
ni tu dueño,

Un nido cálido
y bien ornado he preparado
sobre el pico mal alto,
para que seamos rapaz y paloma,
que cogidos de la mano
cumplamos el mandamiento.

(José M. Huete García. Abril 2014)

D.A.R.

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