Seguidores

jueves, 7 de marzo de 2013


DESCOLORIDA MANCHA DE LA INOCENCIA

No habité nunca junto a los nenúfares,
Ni en las pálidas mansiones de las aves,
No caminé nunca por la senda de las olas.
Ni por la acera limpia de las calles.

Nunca formé en escuadrones de ángeles,
Ni batallé bajo banderas triunfantes,
No adornaron mis sienes los laureles,
Ni tras torneo galante me besaste.

De los palacios solo quedaban las paredes,
El calor había huido de los hogares,
El moho era la flor de los jarrones,
El frío trazaba grietas en los cristales.

No me esperabas entre sedas y encajes,
Tu sonrisa no era de insinuantes claveles,
Tus manos no llenaron mi piel de flores,
Ni tus caderas caballo vestido de oropeles,

Me queda todavía intacta la fe insurgente
Del amante en los lechos prohibidos.
El ansia devoradora de las fauces hambrientas
En los bordes de los instantes sobrantes.

No vengo con los pies desnudos de barro,
Ni mis manos del sabor acre de las lágrimas,
Ni mi boca de la mueca del desencanto,
Ni en mis ojos llevo dos soles resplandecientes.

Solo así tendremos la legitimidad para amarnos,
Si todo lo que tenemos nos pertenece,
Si al destino ya nada le adeudamos.
Si solo sabemos que la luna está en fase creciente.

(José M. Huete García. Marzo 2013)

No hay comentarios:

Publicar un comentario