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viernes, 8 de marzo de 2013


RENACIMIENTO Y MUERTE

Me abandono al negro vuelo de noche
Y me pierdo en el oscuro silencio de las sombras.
No hay caminos nuevos en la estela de las olas,
Ni parpadeo en el faro que las estrellas acoge.

Le corto las alas al viejo pájaro de los sueños,
Calcino al fuego lento de un cigarro enfebrecido
Las profundas raíces que impiden el olvido,
Desbarato la telaraña que tejen los recuerdos.

Reivindico mi derecho a no ser reloj de arena,
No doblegarme al peso agobiante de las horas,
No saciarme en el borde punzante de una copa rota,
A no envilecer de goce cuando supura tu ausencia.

No quiero saber si  dejamos huellas en el pasado,
Si yacimos cansados a la orilla del camino,
Si nos cansamos del monótono canto de los grillos,
Si le fuego por falta de leña se fue apagando.

No quier que hablemos de pactos con el futuro,
De donde vendrá la tibia brisa de tu presencia,
Ni si la fe es encontrar al destiempo su cadencia,
Ni si ha de ser larga la espera del trigo maduro.

Ahora cuando somos uno en éxtasis entrelazados,
El mar renueva su andadura hasta la playa,
Las rosas esperan que las pinte de color el alba,
Y nosotras renacemos y morimos en cada abrazo.

(José M. Huete García. Marzo 2013)

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