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sábado, 2 de marzo de 2013


¿QIEN PENSÓ QUE EL LLANTO ES RISTEZA?

(Este poema es contrapunto al de mi amiga Miriam
Miky Gonzalez. Los tres primeros versos los creamos
Al unísono)

Enjugo mis lágrimas con el dorso de tu sombra,
Si fuera con la palma de tu mano
Antes tendría que deshojar la cebolla de tus vicios,
La crédula alteridad quedará bajo la alfombra,
El obsceno polvo que ensombrece tu mirada
Solo será un galón mas en el borde de tu enagua.

No quiero que pienses que mejor pudiste elegir
La puerta de otro limbo transgresor
Y poder medir al mundo por la curva de su espalda,
Que solo envilece el llanto a quien lo toma
Con el hielo del perdón desestructurado,
A quien antes de beberte mira si está vacío el vaso.

No desistiré de copular en la penumbra
De tu sexo que ya quedó de cielos deshabitado,
No buscaré refugio para la palabra que alumbra
En las comisuras de la verticalidad de tu boca,
Traduciré en jeroglíficos la la incontinencia
Que enciende hogueras entre tus muslos.

Que tu sombra tiene la carnalidad aun tierna
De la lujuria prendida de las rosas,
Que aún es joven el niño que trae el tiempo
Entre los dulces algodones del Invierno,
Que el pecado empedernido es virtud
Si en su grito queda el trazo libre de un lucero.

(José Huete García. Febrero 2013)

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