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miércoles, 11 de septiembre de 2013

AL FINAL DEL CAMINO SE LLEGA TARDE

Ya no es inmensa la estepa
cuando el lobo aúlla su muerte,
ni hay nidos en las cumbres
cuando al águila
le pesan sus alas mas que el aire.

Ya no hay huesos cruzados
ni calaveras amenazantes
en la bandera del pirata,
cuando en su orgulloso bajel
no hay viento entre su velamen.

Ya no hay a la vera del camino
la tibia fogata humeante
esperando al peregrino,
con un caldero bien lleno
y mil historia nutrientes.

Que pocas hojas quedan
en la copa del árbol fuerte,
cuando el viento, la lluvia
el tiempo insaciable
lo desnudan hasta las raíces.

Soy peregrino cansado, desvalido
que ha caminado valiente
por campos, cordilleras y valles,
para arrodillarse ante tu templo
y nunca comulgó bajo ningún rito

No tengas en cuenta mi desidia
ni que al azar me halla ceñido,
que en mi frente lleva escritas
mil canciones de olvido
y en el corazón un mendigo impedido.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.

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