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martes, 22 de julio de 2014

INVADIDO

Una rendija
para que quepas
por donde
se altera
la quietud del aire

Una grieta
en la vaguedad de amar
que me invade

Es una navaja
repujada en plata
Que secciona
la yugular
de mi sangre asustada

El empuje
torrencial de la lluvia
que las hojas secas
se lleva

Rindo mi coraza
de otoños maltrechos

La fortaleza
que acoge
el desovar soledades
de la serpiente

Con el veneno
apretado entre los dientes

No es desvarío
de la mente

Es la cordura
que obliga a olvidar
Que aun quedan
huecos vacíos
bajo los cipreses

Tu eres la locura
que desamortaja las horas
que la incuria
abandonó a las olas

(José M. Huete García. Julio 2014)

D.A.R.

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