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viernes, 20 de febrero de 2015


COMO UNA ESPINA

Si alguna vez
tuviera que olvidarte
Serías la última espina
la que mas duele
La que se clavó
tan dentro
que se ha hecho carne

No sé si tendría
valor para arrancarte
O quizás no podría
por un adiós definitivo
derramar mi sangre

No tengo costumbre
de celebrar
las despedidas
Pero si de llorar
por lo inevitable

Se equivoca el alma
que no previó
Que no dio por cierto
Que lo que comienza
como fuego
en cenizas termina

Hasta el aroma
de la rosa
que clavó su espina
se disipa
Cuando el corazón
lo determina

Ímprobo a la razón
parece
tanto amar doliéndose
Tanto tenerte
Y llorarte
como olvido
estando aun presente

¡Tanto sangrar la herida
antes de que el tiempo
hable!

JoséM. Huete García. Febrero 2015)

D.A.R.

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