REFUGIADO
Hoy tengo el corazón reacio
a que hurgues
entre las rendijas de sus persianas
con tus uñas aceradas
No quiere saber si es locura
lo que late
en sus aurículas ensangrentadas
O si es que llegas tarde
esta mañana
No quiere saber si eres tu
la niña de las trenzas largas
La niña que se pasea
haciendo sonar
el cantarín timbre de la bicicleta
Hoy mi corazón ha elegido
el monacal refugio
de la nostalgia
La total ausencia de la palabra
Tengo un mar profundo
con mil leguas de agua cansada
Un cielo infinito
con un millón de estrellas apagadas
No hay horas para desperdiciar
intentando mirar
mas allá de las pestañas
No hay un manantial
tan abundante de lágrimas
que puedan saciar este afán
de confesarme
en la concavidad del alma
Se ha recogido el sentimiento
en el sensato fluir
de la sangre ya pausada
De una voz
que ya no gritará escandalizada
(José M. Huete García, Agosto 2015)
D.A.R.
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