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jueves, 7 de abril de 2016


MUERTE  ENTRE LAS FLORES

Mas allá de ese instante
en que la muerte nos acompaña
no queda nada
El viento calido se vuelve frio
nos denuda hacia dentro
y nos deshoja el alma
La lluvia pesa
cada gota pesa tanto
que nos hunde en el barro
Nos pudrirnos como hojas secas
caídas de una quimera
que siempre supo a tierra

Nadie rezará un epitafio
que hable de ese momento
en que en tus labios
encontré la primavera
De esos veranos
en que entre los pinos
la piel se nos erizaba de caricias
y lo cantaba con la brisa
un monótona chicharra

No quisiste estar conmigo
en el atávico dulzor del otoño
Ni en la pulcra quietud del invierno
No quisiste ser
la fotografía desgastada
de un álbum viejo
Ni un archivo de nostalgias
en el cajón de los recuerdos

En las horas tristes
me castigaste en el olvido
No querías que mis lágrimas
destiñeran tu traje
de terciopelo de rosas
Y blancura inmaculada
de los nardos renacidos

Y ahora que ya no queda nada
Sé que no vendrás
a hincarte de rodillas
ni de memoria rezarás oraciones
Solo sentirás en cada suspiro
el aroma de ese tiempo
en que las mariposas se posaban
en nuestra piel ahíta
deel polen virginal de las flores

(José M. HueteGarcía. Abril 2016)
D.A.R

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