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martes, 5 de marzo de 2013


ETÉREA

Siento tu presencia
en la calida carnalidad de la tarde,
cristalina y transparente,
despojada de tonalidades
que te opaquen,
incolora tu savia que fue verde
en vetustas fuentes,
acerado el quejido de tu vientre.

Pronuncio las agónicas palabras
que te hace presencia irreverente
en mi sed de hombre,
que te atan con nudos al aire,
y te transpiro
exudando espejismos en los cristales,
devorando la fugacidad
de tus ilimitados bordes.

Me abandono entre las olas
de tus mares efervescentes
de estrellas que se quebraron
en su exacto centro,
donde el éxtasis brota,
donde se apacigua la mirada
elíptica del tiempo,
la traslúcida mirada del deseo.

(José M. Huete Garcia. Febrero 2013)

4 comentarios:

  1. Siempre entre la pasión desbordada y la tristeza. Dulce y tortuosa paradoja. Estoy mi querido amigo. Aunque no lo parezca. Mil abrazos. Y mas.

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