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jueves, 1 de agosto de 2013

EL DIA DEL CARACOL

Amor, tu sabes
Que el exceso de luz quema mis ojos,
Que sufro del mismo mal que los girasoles,
Espero impaciente cada rayo de Sol
Para apagar esa sed áspera que me deja la noche
Con mis viejas historias de ausencia
Que no logro perdonarme,
Pero es débil mi nervio óptico
Cuando de adivinarle lindes a la belleza se trata,
Que me desespera lo inalcanzable,
Que siento como piedras las horas
En que ese bípedo depredador
Sale a cazar ratones con cara de hambre,
Mientras despreocupado cuenta las flores
Que pudo comprarse a precio de sangre,
Que se me  ahogan las palabras
cuando en los remansos de tu piel
se hacen torrenciales,
que en catarata me desbordo
con el solo guiño de un lucero en tus ojos,
Que tiendo a ser cometa en el aire
Que de sus cuerda se desprende
Y el vértigo me produce alaridos de pavor
Si navego por las incógnitas
De los espacios grandes.

Por eso te ruego que no me reproches,
Si al tomar ese color malva la tarde,
A ti me acerco con el paso cansino
De un caracol asustadizo
Que a su espalda carga a buen resguardo
Todo lo que tiene,
Si estoy tan acobardado que solo me atrevo
A dejar de mi caminar esa pegajosa huella
Que de un rato a otro
Se seca sin mas transcendencia.

Pero por favor,
Por ser tan poca cosa no me desprecies
Y permíteme que con solo el roce de tu sombra
Sobre mis mismo me cobije
Hasta que llegue la noche
Y en luciérnaga me torne,
Que con esa luminosidad tan fugaz
Es cuando lo pequeño se multiplica
Y de los sueños
Brotan como caños las pasiones
Y los perdones…

(José M. Huete García. Agosto 2013)

D:A:R:

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