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domingo, 28 de julio de 2013

APÓSTROFE

Tienes la apacible tenacidad de la brisa
que deshoja mi silencio
en cada letra, en cada palabra que escapa
para ser poema,
para hacerse señal y divisa
de otro tiempo
en que el pentagrama gime
bajo el peso de tanto sentimiento.

Ya no será torrente la tristeza
ni el mar el vasto horizonte
por donde navegan soledades
de desarbolados mástiles,
ni la lluvia el perenne lagrimeo
con que se deshojan lo sauces,
ni el arco iris el viejo puente
que atraviesa un cansado corazón
melancólico y andariego.

Me quedaré preñando armonías
en el mas recóndito escondrijo
de tus sureñas latitudes,
desabrocharé luceros en las noches
para que en las ciénagas
donde naufragaba mi alma
solo quede el color de las petunias,
el cárdeno atardecer en tu mirada.

Y si estando a tu lado
en este paréntesis que el tiempo
nos concede para ser  exuberante
ritual de la palabra que se explaya
en cadencias de mar enfervorecídas,
el azar ha de ser el apóstrofe
a que la realidad obliga,
admitamos que nunca tuvimos
mas que el simulacro de una llave
para abrir la puesta de lo eterno.

(José M Huete García. Julio 2013)

D.A.R.

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