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jueves, 26 de septiembre de 2013

PEREZOSO CAMINAR DEL TIEMPO.

De los siete pecados capitales
que con amaestrada reiteración
practico y sublevo en los interiores,
aún demasiado castos
para fatigarse en bacanales
de ser carne arrepentida,
hay uno que no perdonas,
y se hace mueca de reproche
en tu boca titubeante
de rojos suplicios
para mi sed que nada satisface.

Son perezosas mis manos
para cosechar la uva madurada
en las colinas de tus pezones,
para recolectar manzanas verdes
en los frutales de tu vientre,
para hacer acopio de dátiles
al pié de tus caderas cimbreantes,
para hacer ramilletes de azahares,
nardos, azucenas, y alhelíes blancos,
en el infinito jardín de tu sexo
cuando el campanil llama al éxtasis.

Has de acostumbrarte
a que el otoño es ese paso
cansino del tiempo,
que si el río atemperó su rugido
en el remanso de las planicies,
prefiere el mitigado llanto
que decoroso musita el aire,
dejar que su cauce
olvide la atormentada catarata,
se alimente de la sereno
lagrimeo del sauce discreto.

(José M. Huete García. Septiembre 2013)

D.A.R.

1 comentario:

  1. El brillo otoñal, que con sus dorados y enlentecido andar hace saborear con paladar distinto los placeres de la vida, no ha de haber prisas, solo calma y brisas...pero que bien huele el aire en otoño...precioso poema a esa pasión ...

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