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jueves, 27 de febrero de 2014


GEMIDOS DEL DESEO


Siento tu voz
como latigazo restallando en la noche.
Y me preguntas
-. ¿De qué está hecha esa soledad
     que tanto te hiere,
     cual ese tormento
     que en placidez nunca adormece?

Mi voz se hace gemido,
grito que esculpe el aire,
alzándose hasta ese cielo
donde habitan los ángeles,
-. ¡Está hecha de añorarte y no tenerte,
    del sabor amargo que tu nombre
    deja entre mis dientes!

Tu voz se hace tormento lacerante
taladrándome la sienes.
y vuelves a preguntarme
-. ¿Si te juro mi amor a cada instante,
    por qué en tu corazón
    late maligna la muerte?

Relampaguean mis airadas palabras,
quebrando el silencio
que de cristal viste la noche,
-. ¡Es el tiempo que sin perdón
    envenena mi sangre de lo urgente,
    que poco a poco roba de mis ojos
    tu rostro de luciérnaga irreverente!

   ¿Para qué estas horas de la nostalgia,
    si tu juramento es eco de la nada
    cuando mi piel apremiante te reclama,
    y tu fuego es solo huidiza llama?

¡Es que acaso no he de rendirme
a este tiempo silente
que el luto a mi carne impone,
si mi alma nació entre dos eternidades,
y el azar de un deseo inclemente!
  
(José M Huete García. Febrero 2014)

D.A.R.

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