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miércoles, 21 de mayo de 2014

EN EL TIEMPO QUE NO EXISTÍA

Nada era igual
Cuando volábamos en bandada
Y junto con la brisa
Interpretábamos
Los sueños de los trigales
Cuando desinhibidos de silencios
Alegres picoteábamos
Los rojos frutos del cerezo

Llevábamos en nuestras alas
Las plumas necesarias
Para sobrevolar
El paisaje de nuestros sueños
Para subir a escuchar
El apagado susurro
De los luceros
Para apropiarnos de su secreto

Podíamos anidar
Entre las impolutas flores
Del primaveral almendro
Con el hambre del colibrí intacta
en las solitarias copas
de un viejo chopo
para que engalanar de alegría
las horas tristes
de su último otoño

nada era igual
todo sucedía de nuevo
no había noticiarios
ni fotografías para inmortalizar
ese instante en que el viento
junto al acantilado se detiene
en que volar es traspasar
el umbral del abismo incierto

éramos gaviotas
que aún no sabíamos del mar
ni del oleaje
que nos arrebata el hambre
éramos golondrinas
que desconocían
que bajo un alero
se inicia el aprendizaje

no había motivos para dudar
de las horas sin contraseña
ni del reloj que afirmaba
que caminaba
hacia un tiempo que no existia.

(José M. Huete García, Abril 2014)
D.A.R

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