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martes, 6 de mayo de 2014

PLENITUD

Ciegos son los ojos que no quieren ver
Los que se entenebrecen
en la pecaminosa penumbra
de los oscuros pasillos de su ser

Agrietado trazo sin pálpito es la boca
Que atemoriza sus labios
con el castigo de creer que la miel
Es atrevimiento desde el Edén.

Sordos son los oídos que no quieren oír
Que borran de los pentagramas
el rugir del viento que se encorajina
cuando dedos de ira lo han de tañer

No hay aroma en el corazón de la flor
Que pueda traspasar acotados lindes
del alma ensimismada en su cerrazón
Si solo su podredumbre quiere oler

Se amputan de manos los brazos
Que de tanto creerse crucificados
no se atreven a liberarse de clavos
Para sentir el tibio roce de la piel

Si hombre completo nací
de un vientre que me engendró
por amor de hombre y mujer
Sin atributos del alma capados…

¿Que ley ha de ser tan inquebrantable
Que castigo tan insoportable
Que me obligue
a ser incompleto y huraño ermitaño?

(José M. Huete García. Mayo 2014)

D.A.R.

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