TESTIGO

Qué extraños esos rostros

mimetizados

Moldeados en inexpresivo plástico

En decorada porcelana

Tan fría

Tan rígida la mueca

de una sonrisa

De una simulada lágrima

Me miran con sus ojos quietos

Sin vida

Inerte su parpadeo

Y un abismo perpetuo

Que me amenaza como acero

Como cuchilla fría

mi costado latente

de miedos en equilibrio

Como en un sueño apocalíptico

atravieso este río

de manos automáticas

Que apagan verdes

con permiso

Encienden rojos prohibidos

Y siento que de la muerte

estoy siendo testigo

(José M. Huete García, Mayo 2014)

D.A.R.