AL BORDE DEL MAR

No son anémonas

henchidas de sal de estrellas

Ni gavillas de coral rojo

segados con maestría

por quillas de goletas viajeras

Ni olas apesadumbradas

con restos de agujas de marear

de amores

que no encontraron puerto

Lo que el mar

apaciguado de vientos

trae hasta estas manos

que te adivinan en las horas

en que te haces arena

Al borde del mar

el sol declama

épicos versos de fuego

La despiadada violencia

con que su brillo

derrota a los recuerdos

Derrumba los castillos

erigidos sobre los luceros

que en en su furor

encontraron cobijo

Es en la reverberación

de mi soledad

Donde atisbo

la fugaz insinuación

de que la memoria de ti

es afónica melodía

en una caracola

Espuma que se desliza

entre los dedos

donde creo que te encuentro

(José M. Huete García. Septiembre 2014)

D.A.R.