DOMINGO DE MAYO

Llueve

demasiado cerca de mis ojos

para no llorarte

con lágrimas imperturbables

Aúlla el viento

tan próximo

Tan exigente

Que el reloj no puede pararse

en el minuto de antes

Hay tantos impedimentos

para que el día sea

un sereno Domingo de Mayo

tejido con la urdimbre

de lo intranscendente

¡Es tan impertinente

esta obligación

de no poder olvidarte…!

Que ya no tengo fuerzas

para luchar contra la memoria

Y permito que la lluvia

el viento

traspasen la ventana

y de ti me inunden

Hasta que el azar

nos separe en tiempos dispares

(José M. Huete García. Mayo 2015)

D.A.R