De la última vez que estuvimos en la orilla
escuchando como el mar nos contaba viejas historias
de aquellos navegantes que afrontaban lo ignoto
Por llegar al puerto donde habitaba un sueño
Hecho de caracolas y tormentas
de esperanzas tejidas con manos de paciencia
De aquella Ítaca que de tan lejana
imaginábamos inalcanzable y somnolienta
Nos quedan en la boca como insaciable gaviota
el sabor dulce de las palabras inaugurales
de la alegre frivolidad de las eternas promesas
La última gota que en los labios
embraveció el sabor amargo de los besos
que ahora son arena implacable de las horas
Qué frugal será el tiempo de las realidades
si no se puede aprisionar en la epidermis
de ese cielo que a retazos llora
Si no se escribe en el desnudo torso de Calíope
y queda sin letras el leva trazo de su cadencia
Que imborrable será la pleamar de las metáforas
si encontramos refugio entre las olas.
(José M. Huete García. Junio 2015)
D.A.R.
No hay comentarios:
Publicar un comentario