COMO MIRAN LOS MUERTOS
Qué longevo es el corazón
que se acostumbra
a atisbar la paloma blanca
Que plácida
se alimenta de la pacífica
melodía del aire
Que se alza tan alta
que no hay sonido de batalla
que la alcance
Es el batir de alas sin mancha
el signo que señala
donde se encuentra el cenit
el mediodía
del esplendor de los sueños
Que guardan las llaves
de la puerta tras la que
se oculta el silencio
Es tan extraño ese humano
que nunca mira al cielo
y tanto parlotea
de un mundo nuevo
Que prefiere afincar
Sus sentimientos
en la indescifrable tonalidad
de los muros
de ladrillo y cemento
Es tan grande
la multitud de los ciegos
que sólo tienen ojos
que se humillan hacia abajo
Y creen que llegar primero
es haber ganado un peldaño
por donde sube
el autobús que para en el cielo
¡Que docilidad tan inhumana
cavar su propia sepultura
a dos manos!
Y pretender
que no les duela la espalda
de cargar esa oquedad
tan perfecta
para que quepa un epitafio
/José M. Huete García. Febrero 2016)
D.A.R.
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