SIN DIOSES, NI DOCTRINA
Me pides que espere
que la noche se acostumbre
a la falta de dioses
A que el corazón se imponga
y tenga ojos que te adivinen
entre las sombras
Que no hay reglas ni normas
que establezcan
la dimensión exacta
de las emboscadas razones
de la desesperanza
Que siempre hay un lucero
que lleno de fuego se despierta
cuando el gallo canta
las palabras que tanto tiempo
duermen calladas
Quizás es que esta estación
donde se esquilman mis
ganas
ya solo le quedan telarañas
Y tantas historias de viajeros
de viejas añoranzas
Quizás es que la fe
y la esperanza
no van sobre raíles de hierro
Que son solo anhelos
carentes de dioses y doctrina
Que el espíritu comulga
cuando se tocan los cuerpos
(José M. Huete García, Febrero 2016)
D.A.R..
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