Y EL MUNDO SIGUE GIRANDO
Cuando llega la tarde
y en el asfalto quedan las huellas
de un día intranscendente,
no me resigno,
busco en el aire
ese gemido acallado
de tanto llanto doliente.
No queda en esa historia
de los panegíricos
que en papel escrito nos venden,
el traslúcido color de la piel
del hambre perenne,
ni el pútrido aroma de la miseria
que de desesperanza se tiñe,
ni la voz depauperada
de quién con dos clavos en el alma
al ritual de la sumisión
se convierte.
Cuanto alboroto y puños en alto
contra este apocalipsis del alma
se levantan,
cuanta palabra indignada
se hace en el viento
paloma ingrávida.
¡Cuantos culpables
seguirán durmiendo
plácidamente…!
Y me recorre un escalofrío,
porque se que esta noche,
seguiré acunando sueños
entre la tibieza de mis sábanas.
Mientras el asfalto
sigue borrando las huellas
de tanta tristeza,
de tanto dolor,
a los que la realidad
terca se aferra.
¡Donde está el resorte
para parar este mundo.
que, impávido, sigue girando!
(José M Huete, Mayo 2012)
Cuando el espíritu palidece ante lo irresoluble de la realidad, que nos castiga y amedrenta, la palabra teje ese manto que nos protege, que nos abriga, que nos devuelve a las horas de la inocencia, LA POESÍA. Aquí me encontrareis desnudo de equipajes inservibles, transpirando los sentimientos mas esenciales de mi devenir. Con mis dolores de parto, con mis alegrías rescatadas con la inmensa potencia del lenguaje mágico que surge en la espera interminable de saberme entero e indestructible.
Tal vez sea cuestión de conjugar el verbo de tod@s hacia una misma dirección, mirando siempre alrededor, mirando con los ojos del alma esa realidad que a veces nos hace mirar hacia otro lado, y tal vez así, accionemos el mismo resorte para que se pare el mundo y podamos tod@s levantarnos de su suelo.
ResponderEliminar